Por falta de feligreses, las iglesias de Quebec hoy están vacías. Los recintos fueron cerrados, demolidos o convertidos en lugares de recreación.
Donde antes fue un lugar sagrado para realizar misas, primeras comuniones y bodas, ahora hay conciertos, banquetes, bares, salas de lectura y hasta gimnasios.
La iglesia de “San Matías Apóstol” fue convertida en el popular restaurante “Le Chic Resto Pop“, que ofrece menús a bajo costo y en internet tiene una calificación casi perfecta. La empresa también ayuda a personas desempleadas impartiendo cursos de capacitación para que se integren al mercado laboral.
Otra transformación fue el “Teatro Paradoja” en Montreal, la ciudad más grande de Quebec. Antes era la iglesia de “Nuestra Señora del Perpetuo Socorro” con casi 100 años de antigüedad. Tuvo que cerrar en 2009. Con un costo de casi 3 millones de dólares en remodelaciones, mantuvo la fachada y gran parte de su interior.
En el espacio se han organizado conciertos de black metal, como el de la banda finesa “Vargrav” en 2019.
También está el caso de la iglesia de la localidad de Sainte-Élizabeth-de-Warwick , transformada en una distribuidora de quesos.
La iglesia de “Nuestra Señora del Rosario y San Judas” fue convertida en un lujoso gimnasio y spa.
Durante décadas, la orientación religiosa y las actividades litúrgicas católicas han estado en declive en Canadá.
“Se escribe otra historia cuando se desalojan los centros religiosos que finalmente se quedaron vacíos”, dijo Pierre Gingras, sacerdote de la Iglesia de San Juan Bautista, Quebec, Canadá.
En 2011, un censo canadiense arrojó que 43% de la población era católica, para 2019 esa cifra disminuyó a 32%.
Québec, bastión del catolicismo, es una de las provincias más afectadas.
“Desde que la sociedad se hizo más abierta, realista, urbanizada, desde que los medios llegaron, desde que Quebec se abrió al mundo, este aspecto del catolicismo ritualista fue abandonado”, aseguró Simone Langlois, académico de la Universidad Laval, Quebec, Canadá.
En la década de los sesenta, la gente comenzó a revelarse del yugo católico que prohibía el divorcio, censuraba libros y pedía a las mujeres tener más hijos.
De 1985 a 2019, el número de fieles católicos entre la población de 15 años o más disminuyó de 87% a 62%, expertos atribuyen esta baja a una desconfianza más profunda en la autoridad religiosa.
En el mismo periodo se duplicó el número de personas con una creencia religiosa diferente a la católica, siendo el islam la de mayor atracción.
La baja de católicos se puede ver reflejada también en el número de iglesias que cerraron sus puertas: de las casi tres mil existentes, sólo en Quebec 612 fueron cerradas, demolidas o reconvertidas.
Ahora la Iglesia mantiene un debate sobre cómo atraer fieles o conservar los que siguen creyendo.
