El desconcierto y la indignación reinan en Italia tras la crisis política suscitada por la decisión de Matteo Renzi de retirar su apoyo a la coalición gobernada por Giuseppe Conte, mientras el país lidia con una pandemia que ha causado ya más de 80 mil muertos.
Conte se reunió con el presidente de la República, Sergio Mattarella, tal como establecen las normas del sistema parlamentario, después de que Italia Viva, partido del ex primer ministro Renzi, rompiera la coalición al obligar a renunciar el miércoles a sus dos ministras.
Al término de la reunión, Conte anunció que va a presentarse al Parlamento para comunicar que ha perdido la mayoría para gobernar y someterse a un voto de confianza para aclarar si cuenta con la mayoría para seguir gobernando, explicaron fuentes políticas.
Mattarella, árbitro de la situación según la Constitución, por ahora quiere evitar unas elecciones anticipadas en medio de la pandemia, que además ganaría la oposición de ultraderecha de acuerdo a los sondeos.
Se trata pues de un momento muy delicado y complejo para el país, que genera mucha incertidumbre, así como reacciones encontradas.
Pese a que los italianos están acostumbrados a las crisis de gobierno y por ello a las negociaciones y a encontrar salidas creativas, la decisión de Renzi resulta para muchos observadores “inexplicable”, debido al momento que atraviesa el país con un promedio de 500 muertos diarios por el coronavirus.
Para el 73% de los italianos, Renzi actúa por sus propios intereses y no por el bien de la nación, según un sondeo del diario Il Corriere della Sera y el Canal 7 de televisión.
Italia además acaba de inaugurar su presidencia del G20, prorrogó el estado de emergencia hasta el 30 de abril frente ante la tercera ola de Covid-19 y debe decidir el destino de los más de 209 mil millones de euros que recibirá de la Unión Europea, el ‘nuevo Plan Marshall’ para la reconstrucción.