El cese al fuego en la Franja de Gaza, pactado para iniciar el domingo, atraviesa momentos de incertidumbre.
Israel acusa al movimiento Hamás de obstaculizarlo, mientras continúa bombardeando las zonas civiles del enclave. En estas ofensivas, el Ejército mató a más de 70 gazatíes en las últimas horas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que Hamás pretendía cambiar el contenido del acuerdo sobre el intercambio de rehenes a cambio de palestinos detenidos, en muchos casos arbitrariamente, por Israel. El grupo islamista rechazó las acusaciones y reiteró su compromiso con la tregua.
Más tarde, el presidente del partido “Shas”, Aryeh Deri, afirmó que las partes superaron los obstáculos.
“Hace unos minutos recibí una notificación final de que se han superado todos los obstáculos y que el acuerdo está en marcha. Ahora estamos ocupados con la formulación técnica final. Me gustaría felicitar al Primer Ministro Netanyahu, él es el actor del acuerdo”, expuso Aryeh Deri.
Superado este obstáculo, el gabinete de seguridad de Israel, que debió reunirse este jueves para aprobar el acuerdo, sesionará mañana viernes.
Sin embargo, el ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, advirtió que su partido, de extrema derecha, se retirará de la coalición de gobierno, ya que no está de acuerdo con el cese al fuego.
A pesar del acuerdo, el ejército israelí ni detiene, ni reduce sus ataques.
Ya en ocasiones anteriores Israel se comprometió a detener los ataques para permitir la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, pero no cumplió. Tampoco detuvo los bombardeos cuando se llevó a cabo la campaña de vacunación contra la polio.