Las inundaciones provocadas por las intensas lluvias en el sur de Brasil dejaron casi 60 muertos y 67 desaparecidos, un desastre climático sin precedentes que el sábado golpeaba con fuerza la moderna urbe de Porto Alegre.
Los desbordes de los cauces de agua y deslizamientos de tierra mantienen interrumpidas numerosas carreteras en el estado Rio Grande do Sul, con casi 300 localidades afectadas, muchas de ellas aisladas.
El rápido ascenso en las últimas horas del río Guaíba anegó el centro histórico de Porto Alegre, una de las mayores urbes del sur brasileño, con una población de casi 1.4 millones.
Según la alcaldía, su nivel marcaba 5.09 metros, por encima del récord de 4.76 metros, registrado cuando la ciudad sufrió unas históricas inundaciones en 1941.
La ciudad se hallaba en un estado de caos, constató la AFP. Numerosas calles amanecieron bajo agua y los residentes trataban de evacuar sus viviendas.
Explosión en una gasolinera
En medio de las labores de rescate, una fuerte explosión en una gasolinera dejó al menos dos muertos en el norte de la ciudad, constató un periodista de la AFP presente en el momento de la deflagración.
El incidente se produjo cuando vehículos que trabajan en los rescates se abastecían en la estación de servicio inundada, de donde salió una espesa nube de humo, visible desde lejos.
Inundaciones
En muchos lugares, se formaban largas filas para intentar subir a algún autobús, mientras los conductores de automóviles trataban de abrirse paso en medio de las inundaciones.
La situación obligó además a cancelar la llegada y salida de autobuses a la estación principal de la ciudad, ubicada en los márgenes del Guaíba.
El aeropuerto internacional de Porto Alegre suspendió el viernes sus operaciones por tiempo indeterminado.
En el barrio Navegantes, en la zona norte de Porto Alegre, José Augusto Moraes de Lima pedía ayuda a los bomberos para rescatar a un niño que quedó atrapado en su casa, pues un problema en la pierna le impidió llevarlo con él.
“De repente, en cuestión de minutos, se inundó todo. Perdí todo, televisión, guardarropas, cama, nevera”, relató angustiado el comerciante de 61 años a la AFP.
El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, dijo que se trataba de una situación “dramática” y “absolutamente sin precedentes”.
El alcalde de Porto Alegre, Sebastiao Melo, informó que “pese al gran esfuerzo de contención“, un dique en otro río que surca la ciudad, el Gravataí, empezó a desbordarse.
“Las comunidades deben abandonar el lugar”, escribió en la plataforma X.
Melo pidió además a la población racionar el agua, después de que cuatro de las seis plantas de tratamiento de la ciudad tuvieran que ser cerradas.