Los patrones climáticos se modifican y con ellos también el comportamiento de la humanidad, su planeación, previsiones y reacciones.
Los embates climáticos suponen, por ejemplo, cambiar asentamientos donde antes era seguro y ahora riesgoso debido a inundaciones, las cuales por cierto afectan en todo el mundo.
En Kenia, el aumento de los niveles de agua en el lago Turkana está aislando a “El molo”, la tribu más pequeña del país, que habita una antigua llanura, hoy convertida en isla, casi una prisión.
“Esto era tierra, era un camino, aquí no había nada de agua, podríamos haber manejado con un Jeep hasta el pueblo”, mencionó Julius Akolong, pescador en Kenia.
Por su parte, la fuerza de los tornados vence cualquier antecedente conocido.
Las lluvias torrenciales en sitios no habituales en el pasado reciente, ponen en aprietos a las autoridades de una larga cadena de naciones afectadas en todo el planeta.
Brasil se prepara para nuevos temporales atípicos en zonas urbanas, que hace casi un año obligaron a la reubicación de cien mil personas.
En Pakistán, las lluvias monzónicas llegaron este año con una intensidad fuera de serie. Un mes continuo de tormentas dejó bajo el agua casas, posesiones y personas.
Más de 800 personas han muerto desde junio en Pakistán debido a las intensas lluvias monzónicas, una “catástrofe de magnitud inédita”, según su ministra de Cambio climático, que recurrirá a la ayuda internacional.
“Solo teníamos una cabra, que también se ahogó en la inundación. Ahora no tenemos nada con nosotros y estamos tirados en el camino y pasando hambre. Nos hemos quedado sin nada en casa”, dijo Khanzadi, jefa de familia damnificada en Pakistán.
Por otro lado, Sudán es un escenario de destrucción, donde las familias luchan ahora por recuperar entre lodazales algo de los bienes perdidos junto con sus casas.
Asia, África, Europa, América, Oceanía; nadie, nada escapa al agua.
El noreste de China, el país más poblado del mundo, repite ahora el ciclo iniciado en 2021, con una serie de inundaciones que han transformado la geografía urbana y echan a perder cosechas.
La cercana Corea del Sur no escapó a la desgracia. Estaciones de metro y grandes carreteras quedaron anegadas en la capital surcoreana, Seúl, tras lluvias torrenciales y graves inundaciones que provocaron siete muertos y otros siete desaparecidos.
Partes de Seúl, la circundante provincia de Gyeonggi y la ciudad portuaria de Incheon registraron más de 100 milímetros de lluvia por hora durante una sola noche, según la agencia Yonhap. En un distrito de la capital se llegó a los 141.5 milímetros, un récord desde 1942.
El Casquete polar ártico continúa su proceso de deshielo y expulsa a habitantes ancestrales.
El oeste de México y Estados Unidos, ligado históricamente por sequías, entró en días recientes en un cambio climático tan sorpresivo como devastador.
Sonora, California y Arizona, así como Texas, en el centro sur, sufren ahora mismo el efecto de repentinas inundaciones, cuando apenas salían de la desesperación y las pérdidas por los incendios.
El gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, informó que las lluvias extraordinarias al norte del país afectaron a 24 municipios de la entidad. Asimismo, indicó que debido a las precipitaciones se reportaron 11 muertos.
En las ciudades de Nogales, Empalme y Guaymas, principal pero no únicamente, la sequía se transformó en lodo espeso. El agua cubrió caminos y puentes.
Miles de familias perdieron el mobiliario de sus casas, que sucumbieron ante un nivel de agua no visto en décadas.