El Gobierno de Irlanda descartó este jueves que pueda haber una reforma del protocolo sobre Irlanda del Norte incluido en el acuerdo del Brexit, algo por lo que ya aboga abiertamente la ministra principal norirlandesa, Arlene Foster, tras las polémicas de los últimos días entre Londres y Bruselas.
Dicho protocolo mantiene a Irlanda del Norte dentro del mercado único de la Unión Europea (UE) con el objetivo final de evitar una frontera dura.
El temor a una fuga de vacunas contra el Covid-19 llevó la semana pasada la Unión Europea a proponer, aunque finalmente dio marcha atrás, la revocación de emergencia y desencadenó una cascada de reproches y dudas sobre el actual estatus.
Los controles entorpecerían la llegada de medicamentos y alimentos, en un momento en el que los supermercados norirlandeses ya se han visto afectados por la escasez relacionada con los nuevos obstáculos burocráticos.
En un intento por amortiguar estas carencias, el Gobierno de Boris Johnson propuso el miércoles que el periodo de transición para supermercados y proveedores durase hasta el 1 de enero de 2023.
Arlene Foster afirmó este jueves que el protocolo para Irlanda del Norte no ha funcionado y, por tanto, es necesario reemplazarlo.
En su opinión, la extensión de los plazos como plantea Londres no son suficiente y son necesarias soluciones permanentes que incluyan exenciones significativas para productos en venta en Irlanda del Norte.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Irlanda, Simon Coveney, dijo que puede haber problemas con la aplicación práctica del acuerdo, pero ha apuntado que contiene flexibilidades que permitirían, a su juicio, corregir las controversias que vayan surgiendo.
Esta misma semana, una serie de pintadas con amenazas ya obligaron a suspender temporalmente los controles en los puertos de Belfast y Larne.
Tanto el Gobierno británico como la Comisión Europea (CE) han condenado estas amenazas, con el compromiso de poder acercar posturas la próxima semana con una nueva reunión.