Israel bombardeó una instalación de Hezbolá en el sur de Líbano, en el segundo día del inicio de su tregua.
El ejército libanés comenzó, por su parte, a desplegar soldados y tanques en el sur del país, como prevé el pacto, aunque sin avanzar a las zonas donde todavía hay presencia israelí.
El alto el fuego, que entró en vigor el miércoles, estipula que el ejército libanés y las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), constituirán la única presencia armada en el sur de Líbano, un bastión histórico de Hezbolá.
Tras la instauración de la tregua, decenas de miles de libaneses regresaron a sus hogares, los cuales se habían visto forzados a abandonar por el conflicto.
El ejército israelí anunció la imposición de un toque de queda nocturno al sur de Líbano, debido a disparos contra “sospechosos” que “no respetaban las condiciones del alto el fuego“.
Retiro de fuerzas armadas por fases
La tregua detuvo las hostilidades iniciadas un día después del estallido de la guerra en Gaza, desencadenada por el ataque de Hamás contra Israel, el 7 de octubre de 2023.
Hezbolá abrió entonces un frente en apoyo de su aliado palestino contra Israel, que en septiembre centró sus operaciones en el Líbano con una campaña de bombardeos y operaciones terrestres que infligió duros golpes al movimiento islamista.
El acuerdo contempla que las fuerzas israelíes mantengan sus posiciones, pero establece un período de 60 días en los que “el ejército y las fuerzas de seguridad del Líbano empezarán su despliegue hacia el sur“, dijo un alto cargo estadounidense.
“Israel realizará el retiro de su ejército por fases, sin dejar un vacío que pueda ser aprovechado por Hezbolá”, afirmó.
El conflicto ha causado al menos 3 mil 961 muertos en el Líbano desde octubre de 2023, la mayoría en las últimas semanas, según el Ministerio de Salud.
Del lado israelí, las hostilidades han dejado al menos 82 soldados y 47 civiles muertos.