
La crisis humanitaria en Gaza continúa agravándose. A pesar de que el gobierno de Israel anunció “pausas” en sus ataques para facilitar la entrada de ayuda humanitaria, este domingo, al menos 90 personas murieron durante nuevos bombardeos.
De acuerdo con reportes locales, 50 de las víctimas fueron asesinadas mientras esperaban alimentos en un centro de reparto operado por la empresa estadounidense Fundación Humanitaria.
La situación evidencia que, incluso en los puntos de ayuda, los civiles no están a salvo.
Israel permitió el ingreso de 100 camiones con asistencia de emergencia desde Egipto y autorizó el lanzamiento aéreo de costales de comida por parte de Jordania y Emiratos Árabes Unidos.
Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes para frenar el deterioro de las condiciones de vida en la Franja de Gaza.
Hambre y desesperación
La hambruna es generalizada. Durante el fin de semana, seis personas fallecieron, incluidos dos menores de edad, a causa de desnutrición severa. Testimonios desde el terreno reflejan la desesperación.
“Es una tragedia. La gente sale sin comer solo para conseguir harina. Juro por Dios que no bebí ni una gota de agua; salí con la garganta seca. No hay nada. Solo quiero harina”, comentó un ciudadano.
Mientras tanto, el barco “Handala”, que transportaba ayuda humanitaria hacia Gaza, fue interceptado por el ejército israelí, en el mar Mediterráneo.
A bordo viajaban 21 activistas, entre ellos, ciudadanos estadounidenses e israelíes, quienes buscaban entregar insumos directamente a la población civil.
Los tripulantes fueron detenidos y permanecen bajo custodia en Israel. Desde su arresto, han enviado mensajes pidiendo a los gobiernos de España y de la Unión Europea (UE) que exijan su liberación inmediata.
“Presionar al gobierno español y a los gobiernos de la Unión Europea a demandar mi libertad y la de mis compañeros lo antes posible”, solicitó uno de ellos.