Israel bombardeó de nuevo este viernes la Franja de Gaza, un territorio palestino asediado, cuya población enfrenta una “hambruna inminente”, según el Programa Mundial de Alimentos, tras casi seis meses de guerra con el movimiento islamista Hamás.
El Ministerio de Salud de Gaza, gobernado por Hamás, indicó este viernes por la mañana que los combates y bombardeos, sobre todo en Rafah, habían causado “decenas de muertos”.
En esa ciudad del sur de la Franja, considerada por Israel como el último bastión de Hamás, se hacinan 1.5 millones de personas, la mayoría desplazadas por la violencia en otras partes del territorio.
El conflicto, que empezó tras el ataque del movimiento islamista en suelo israelí el 7 de octubre, ha dejado el estrecho territorio en ruinas y a sus 2.4 millones de habitantes al borde de la hambruna, según la ONU.
“No hay ningún otro lugar en el mundo donde haya un número tan importante de gente haciendo frente a una hambruna inminente”, denunció el jueves en X Matthew Hollingworth, encargado del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para los Territorios Palestinos.
“Sin demora”
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), máximo tribunal de la ONU, con sede en La Haya, ordenó el jueves a Israel garantizar “sin demora” la entrega sin trabas de los servicios básicos y la ayuda humanitaria urgente para Gaza.
Tras una demanda de Sudáfrica, la CIJ exigió en enero a Israel que impidiera cualquier acto de “genocidio” en Gaza y permitiera la entrada de ayuda humanitaria. Israel tachó las acusaciones de “escandalosas”.
Por su parte, Hamás se congratuló por el dictamen de la CIJ y pidió que este se ponga “en práctica inmediatamente”.
La guerra ha causado una catástrofe humanitaria en el pequeño territorio y la ayuda terrestre apenas entra con cuentagotas. Varios países lanzan alimentos en paracaídas, especialmente en el norte de la Franja, donde la situación es desesperada.