El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció que sus Fuerzas Armadas ya se encuentran dentro de la Franja de Gaza, en una segunda fase de su ataque.
Su objetivo es destruir las instalaciones y toda la capacidad de ataque y de Gobierno de la organización Hamás, y liberar a los más de 200 rehenes, la mayoría israelíes.
“La guerra dentro de la Franja de Gaza será larga y difícil, y estamos preparados para ella. Esta es nuestra segunda guerra de independencia”, dijo Benjamín Netanyahu.
Ante el anuncio, más ciudadanos y países se sumaron a las manifestaciones de solidaridad con el pueblo palestino. Decenas de miles marcharon en ciudades europeas, incluso en aquellas que prohibieron las protestas, como Londres y París, condenando los ataques contra civiles.
“Está mal, completamente mal. Nuestros líderes no se levantan y entonces nosotros nos levantamos”, dijo Samar Fazil, empleada de Londres.
“He venido, como deseaban miles, decenas de miles de franceses, para expresar mi dolor, mi solidaridad con las poblaciones de Gaza que sufren un asedio de bombas con miles de muertos, poblaciones civiles inocentes”, señaló Yannick Jadot, senador de Francia.
En Estados Unidos de nuevo israelíes y musulmanes se manifestaron en Washington y Nueva York junto a católicos y personas de todas religiones contra la invasión y a favor de la paz en Medio Oriente.
En Ciudad de México otras dos mil personas más marcharon desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo, con consignas en pro del pueblo palestino.
Incluso el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan llamó a no repetir una guerra de la cruz contra la Luna.
Pero los bombardeos por aire y tierra, que no cesan, han dejado incomunicada a toda la población de la Franja de Gaza por un apagón de las telecomunicaciones.
El multimillonario Elon Musk informó que su servicio satelital Starlink apoyará el acceso a internet a las organizaciones de ayuda internacionalmente reconocidas en Gaza.
El saldo de víctimas suma 7 mil 700 vidas perdidas, más de 2 mil 200 de menores de edad, según la Unicef.