Una de las pandemias que ha asolado a la humanidad es la del VIH/SIDA, desde que se conoció el primer caso en 1981. Luego de 40 años de esperar la vacuna contra el virus, el Proyecto Mosaico se encuentra en etapa tres de investigación, es decir, se estudia su seguridad y eficacia.
Se trata de 3 mil 800 personas voluntarias de dos continentes; México forma parte de este ensayo y ha avanzado hasta la tercera aplicación.
En noviembre del año pasado inició el Proyecto Mosaico liderado por la Red de Ensayos de Vacunas contra el VIH (HVTN, por sus siglas en inglés), el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) y Janssen Vaccines & Prevention B.V. Además este último es el promotor y el que suministra las vacunas del estudio.
Participan siete países de dos continentes: Argentina, Brasil, Perú, Polonia, Estados Unidos, España y México. En este último son tres las ciudades en donde se realiza el proyecto: Ciudad de México, Guadalajara y Mérida.
Las instituciones de salud mexicanas que colaboran en el ensayo son el Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, la Clínica Especializada Condesa Iztapalapa, la Clínica Benjamín Sepúlveda Amor de Ciudad de México, el Hospital Civil de Guadalajara y la Unidad de Atención Médica e Investigación en Salud (UNAMIS), en Mérida.
El objetivo de este estudio es “encontrar una vacuna segura y eficaz contra el VIH”, tal como se lee en el Estudio Mosaico. Anteriormente la vacuna experimental había llegado sólo a la fase 2, es decir, había dado resultados en primates y humanos. Es la primera vez que la vacuna experimental contra el VIH llega a fase 3, tal como lo informó la Secretaría de Salud.
En Ciudad de México se esperaban alrededor de 150 personas voluntarias. En Mérida se tenía la meta de reclutar a 300, respectivamente, y 84 personas voluntarias en Guadalajara.
Se espera que los resultados de efectividad que dure alrededor de 4 años.
Son dos vacunas experimentales las que participan en este estudio: vacuna Ad26 (Ad26.Mos4.HIV) y vacuna de proteínas (gp140 bivalente). Cabe señalar que ninguna de ellas se elaboran a partir del VIH vivo ni muerto ni de células humanas infectadas con VIH. Estas vacunas no pueden provocar una infección por VIH ni SIDA, advierte Mosaico.
Las personas voluntarias deben cubrir ciertos requisitos:
- Hombres cisgénero o persona transgénero que tenga relaciones sexuales con hombres cisgénero y/o con personas transgénero.
- Tener entre 18 y 60 años de edad, no estar infectado con el VIH y haber decidido no usar profilaxis previa a la exposición (PrEP) para prevenir la infección por VIH.
- Además se les realizan exámenes físicos y se toman muestras para exámenes médicos.
“La vacuna es una deuda pendiente de la medicina con la población”
Guillermo de León tiene 35 años y vive en Mérida, desde hace tres años. Es originario de la Ciudad de México. Él es un voluntario del ensayo.
En conversación con Once Noticias compartió que se enteró de Mosaico “a través de un activista, académico y twittero, Ricardo Baruch que trabaja mucho los temas de salud sexual, prevención de VIH e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Son temas que me interesan y lo sigo, fue a través de él que me enteré”.
Algunos años antes supo que México sería parte de este proyecto. En Mérida no había tanta información al respecto, no obstante, Memo (como le llaman de cariño) se puso a investigar en internet. Fue así que llegó a la Unidad de Atención Médica e Investigación en Salud (UNAMIS). Se puso en contacto con ellos a través de redes sociales y fue invitado a una videoconferencia informativa.
Hasta ahora Memo ha recibido tres dosis. Explicó que el ensayo es un estudio de doble ciego, por lo que no sabe si le aplicaron la vacuna o el placebo. Esto significa que de manera aleatoria a una parte de los voluntarios se les coloca la vacuna y a otra se les aplica un placebo.
Explicó que son cuatro momentos del ensayo: la primera aplicación la recibió a principios de marzo. La segunda se aplica a los tres meses, otra a los 6 meses y la última al año.
La segunda aplicación tardó un poco porque además me vacunaron por COVID-19. Me aplicaron Cansino y hubo que esperar 28 días para aplicar la siguiente dosis. Así que me tocó a finales de junio y acabo de recibir la tercera. A finales de año o principios de 2022 me toca la otra”, detalló.
En las primeras aplicaciones sólo recibió una dosis, “en la tercera, recibí dos dosis y en la última también serán dos dosis. Eso porque hay dos candidatas a vacuna, por lo que el esquema de vacunación incluye dos sustancias distintas”, señaló.
“Después de la última aplicación viene un seguimiento de dos años. Además tenemos que acudir cada cierto tiempo a que nos hagan estudios de VIH y de otras ITS; también nos proporcionaran atención médica”.
Memo comentó que él está muy contento en contribuir con los avances científicos con respecto del VIH, “es una deuda que tiene pendiente la medicina con la población afectada, en riesgo”, enfatizó.
Resaltó que en la UNAMIS ha recibido una gran atención. Al respecto dijo que “son muy atentos, muy pacientes y se preocupan mucho por tu bienestar y estado de salud. Cuando entras al protocolo te dan paquetes de condones, botes de lubricantes y te brindan atención médica. Ha sido una muy buena experiencia, la gente ha sido súper amable”.
Estigma social
Memo se mostró contento aunque dijo confesó que la mayor fantasía es que “todos logremos tener cierto grado de inmunidad contra el VIH”.
El profesor Guillermo de León destacó que ha sido un gran avance aunque dijo que permea el estigma social hacia las personas que padecen este virus y se lo atribuye a dos cuestiones: a la desinformación y a los estigmas que hay hacia la comunidad LGBTTIQ+, que genera homofobia y a la condena de la sexualidad de las personas.
“Depende mucho de los contextos, sin embargo, la población heterosexual sigue asociando que es una enfermedad de gays y eso genera mucha desinformación. Todavía hay gente que pierde su trabajo por su condición serológica. Hay compañías que te piden examen de VIH, es ilegal. Cuando estás en tu burbuja, el estigma no se siente, pero al salir te das cuenta que prevalece y afecta la vida de muchas personas. Es una cosa terrible”, lamentó.
Según datos de la Secretaría de Salud, hasta abril de 2021, hubo 2 mil 380 casos notificados y 2 mil 248 casos diagnosticados. De 1983 hasta 2021, se han registrado 318 mil 100 casos en el país.
De acuerdo con cifras de @Censida, se estima que en México hay 270 mil personas con VIH pero de ellas, 80 mil no conocen su estatus.
— Ricardo Baruch D. (@baruchdom) June 17, 2021
Ahora que los servicios de salud están volviendo a “la normalidad”, habrá que poner mucho énfasis en la detección oportuna. #HazteLaPrueba pic.twitter.com/B0m0V5Vt9i
Los principales grupos etarios, tanto en hombres y mujeres, que presentan mayor cantidad de casos son los de 25 a 29 años y de 30 a 34 años. La principal forma de transmisión es sexual.
En 2021, entidades con la mayor tasa de casos nuevos diagnosticados, por cada 100 mil habitantes fueron Quintana Roo, Colima, Yucatán, Guerrero y Baja California.
Aunado a ello prevale el estigma y la desinformación ya que se continúa asociando a la comunidad LGBTTIQ+.
Sabemos que en la actualidad una persona con VIH puede llevar una vida completamente normal y si sigue al pie su tratamiento se vuelve intransmisible”, declaró.
Memo invitó a que la gente se informe sobre el VIH y otras ITS, “para que dejen de lado sus prejuicios y basen sus opiniones o creencias en datos científicos. Una persona con VIH puede vivir una vida normal, longeva y sin poner en riesgo a nadie más”, concluyó.