El líder de derecha radical israelí, Naftali Bennett, anunció el domingo su apoyo al jefe de la oposición, Yair Lapid, allanando el camino hacia una coalición que podría sacar del poder a Benjamin Netanyahu, cuyo mandato como primer ministro es el más largo en la historia de Israel.
Lapid, un político de centro al frente de la oposición israelí, necesita lograr el apoyo de cuatro diputados más para formar una coalición capaz de cerrar el capítulo de la era Netanyahu.
El encargo para formar gobierno, que el presidente israelí, Reuven Rivlin, le concedió a principios de mayo, estará vigente hasta el miércoles 2 de junio a las 23H59 locales (20H59 GMT).
Haré todo lo posible para formar un gobierno de unidad con mi amigo Yair Lapid”, declaró el domingo por la noche Bennett, que llevaba semanas alimentando el misterio en torno a sus intenciones.
A la hora de la verdad, hay que saber asumir sus responsabilidades”, agregó Bennett durante un discurso televisado. “Yair y yo tenemos nuestras diferencias pero compartimos el amor por este país”.
Ambos partidos debían empezar las negociaciones de cara a un acuerdo este domingo por la noche, indicaron en un comunicado.
“Compromiso”
La izquierda asume compromisos que distan de ser fáciles, cuando me da a mí […] el papel de primer ministro”, indicó Bennett. Según los medios israelíes, el acuerdo establecería que él esté al frente del gobierno durante los primeros años de mandato, y luego le ceda ese puesto a Lapid.
Este gobierno será un peligro para la seguridad del Estado de Israel. Se trata de la estafa del siglo”, reaccionó tras el anuncio Netanyahu, también durante un discurso retransmitido por televisión.
Para formar gobierno, Lapid, que dirige el partido Yesh Atid (“Hay un futuro”), debe conseguir el apoyo de 61 diputados. Con el respaldo de la izquierda, del centro y de dos formaciones de derechas, había logrado 51, antes de que Bennett anunciara que también le dará su aval.
Bennett, al frente de la formación Yamina (“A la derecha”), recabó siete escaños en las legislativas del 23 de marzo, las cuartas celebradas en dos años. Pero uno de sus miembros indicó que no colaboraría con el campo anti-Netanyahu.
Así, con esos seis apoyos suplementarios, el bloque, que pide un cambio tras 12 años consecutivos de Netanyahu en el poder, todavía tendrá que convencer a otros cuatro diputados. Para ello, podría recurrir a los partidos árabes israelíes, que todavía no han manifestado su posición.
“Reemplazar el régimen de Netanyahu”
Tras semanas marcadas por 11 días de enfrentamientos entre Hamás, en el poder en Gaza, y el ejército israelí, por las tensiones en Jerusalén Este y los choques en ciudades “mixtas” de Israel, la idea de un “gobierno de unión nacional” volvió a la palestra. “Estamos aquí juntos, nuestra lucha es común, este país es responsabilidad de todos”, recalcó Lapid el viernes.
Este domingo por la mañana, Netanyahu había urgido en Twitter a Bennett a congregar a sus filas, y a Gideon Saar, jefe de un pequeño partido de derecha, a reunirse “inmediatamente” para discutir una coalición.
Pero Saar, un exmilitante del Likud, señaló en Twitter que no estaba interesado y que quería seguir con su plan: “reemplazar el régimen de Netanyahu”.
Hace 25 años, Netanyahu derrotó al laborista Shimon Peres y se convirtió en primer ministro por tres años. En 2009 regresó al poder, y no lo ha abandonado desde entonces.
Procesado por “corrupción” en tres casos, es el primer jefe de gobierno israelí en ser juzgado durante el ejercicio de su cargo.
Si el campo anti-Netanyahu no consigue formar un gobierno, 61 diputados podrán pedir al presidente que designe, para un último intento, a un parlamentario de su elección, que podría ser Netanyahu, Lapid, Bennett u otro.
Si esta opción también fracasa, la Knéset se disolvería y el país celebraría sus quintas elecciones en poco más de dos años.