El gobierno de Israel interrumpió este domingo el suministro de víveres, agua potable y ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, tras la expiración de la primera fase del acuerdo de alto al fuego con Hamás.
La decisión ha sido calificada por el grupo islamista como un intento de evadir el pacto y evitar entrar en una segunda fase de negociaciones.
En un comunicado oficial, la oficina del primer ministro Benjamín Netanyahu informó que, a partir de este 2 de marzo, toda entrada de bienes y suministros a Gaza cesará. La medida responde a lo que Israel considera la falta de compromiso de Hamás para continuar las negociaciones.
“Si Hamás cree que será posible continuar el alto el fuego sin entregar rehenes, está gravemente equivocado”, declaró Netanyahu durante una reunión de su gabinete.
El grupo palestino ha calificado la suspensión de la ayuda humanitaria como “un crimen de guerra” y “chantaje barato”, reiterando su disposición de cumplir con el acuerdo en sus tres etapas.
Protestas en Jerusalén y reacciones internacionales
Mientras la crisis humanitaria en Gaza se agrava, miles de israelíes se manifestaron frente a la oficina del primer ministro en Jerusalén, exigiendo la ampliación de la tregua y la liberación de los rehenes que aún permanecen en Gaza.
Por su parte, Egipto, Qatar y Estados Unidos, mediadores del conflicto, han presentado una propuesta para prorrogar la primera fase del alto al fuego por dos semanas más.
Esta extensión difiere de la propuesta de Washington, que buscaba alargar la tregua durante el Ramadán y la Pascua judía, con la condición de que Hamás liberara la mitad de los rehenes vivos y muertos.
Las negociaciones han llegado a un punto crítico. Israel exige mayores garantías de seguridad antes de continuar con el cese al fuego, mientras que Hamás insiste en que la siguiente fase del acuerdo contemple la retirada de las tropas israelíes del enclave y del corredor de Filadelfia, zona estratégica para el control fronterizo.