
Tras casi dos años de ofensiva militar contra la población civil de Gaza, meses de hambruna agravada por el bloqueo de alimentos y con el argumento de un supuesto desmantelamiento de Hamás, el gobierno de Israel aprueba un plan para tomar el control total de la región.
De acuerdo con la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu, el gabinete de seguridad autorizó a las Fuerzas de Defensa de Israel ocupar la ciudad de Gaza, establecer un “perímetro de seguridad” y transferir el control del enclave a “un gobierno civil” que no busque “la destrucción de Israel”. El comunicado asegura que se “brindará ayuda humanitaria” fuera de las zonas de combate.
La ONU advierte que su implementación tendría consecuencias catastróficas para la población gazatí.
Hambruna y colapso humanitario
La guerra, iniciada tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, ha dejado decenas de miles de palestinos muertos, gran parte de Gaza destruida y ha sumido a sus más de dos millones de habitantes en una crisis sin precedentes, debido al bloqueo de ayuda humanitaria impuesto por Israel.
En julio, la Organización Mundial de la Salud registró casi 12 mil niños menores de cinco años con desnutrición aguda, la cifra mensual más alta documentada. Autoridades gazatíes reportan cerca de 200 muertes por inanición, entre ellas 96 niñas y niños.