Israel firmará el jueves el acuerdo para la delimitación de su frontera marítima con Líbano, que fue negociada bajo el amparo de Estados Unidos, declaró este lunes el primer ministro israelí, Yair Lapid.
“El jueves, vamos a firmar un acuerdo histórico con el Líbano. Israel se va a convertir en un futuro cercano en un importante suministrador de gas para Europa”, declaró Lapid durante una reunión en Tel Aviv con el primer ministro holandés Mark Rutte, según un comunicado.
Según la prensa, el acuerdo podría firmarse en Naqoura, ciudad en el sur de Líbano, fronteriza con Israel, donde está asentada la Fuerza Provisional de Naciones Unidas (FINUL).
El acuerdo prevé dejar bajo control israelí el yacimiento de Karish y conceder a Líbano el campo de gas de Qana, más al noreste.
Sin embargo, una parte de este yacimiento superará la línea fronteriza entre ambos países, con lo que Israel se llevaría parte de los beneficios de la explotación, según el texto.
Israel y Líbano, que están técnicamente en guerra, acordaron a principios de este mes los términos del acuerdo.
Un Tribunal israelí allanó el domingo el camino para su firma tras desestimar varias apelaciones contra el pacto.
El jefe de la oposición israelí, Benjamin Netanyahu, en plena campaña por las legislativas del 1 de noviembre, había criticado el acuerdo y afirmó que tenía que ser votado en el Parlamento o incluso en un referéndum.
Fronteras entre Líbano e Israel, escenario de conflicto durante décadas
El acuerdo alcanzado entre Israel y Líbano sobre su frontera marítima pone fin a una larga disputa entre los dos países que; sin embargo, aún se mantienen en conflicto en torno a la frontera terrestre que también comparten.
Pese al acuerdo, Israel y Líbano no tienen relaciones diplomáticas, se enfrentaron en una última y breve guerra en 2006 y una misión de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) vigila su frontera terrestre desde 1978, cuando Israel invadió Líbano por primera vez -en 1982 lo hizo de nuevo- para evitar el ataque de grupos palestinos.
A falta de un acuerdo entre los dos países, la llamada línea azul, una demarcación realizada por la ONU tras la retirada de Israel del Líbano en 2000, hace las veces de frontera terrestre entre el norte de Israel y el sur del Líbano.
La frontera marítima
El 14 de octubre de 2020 y, por primera vez en décadas, Líbano e Israel empezaron a negociar sobre una cuestión civil para tratar de delimitar sus fronteras marítimas, aunque no de forma directa sino bajo la mediación de la ONU y de EUA.
En las aguas del Mar Mediterráneo, objeto de la disputa entre los dos países, Israel ha descubierto en la última década grandes bolsas de gas, cuya explotación le ha permitido ser prácticamente autosuficiente en el ámbito energético e incluso convertirse en país exportador, alcanzando acuerdos para suministrar combustible a países árabes como Egipto o Jordania.
El acuerdo alcanzado busca poner fin a un contencioso sobre unos 860 kilómetros cuadrados (330 millas cuadradas) del Mar Mediterráneo, que cubre los campos de gas de Karish y Qana, de forma que la explotación del primero correspondería a Israel y la del segundo al Líbano.
El sábado pasado, Israel ya autorizó a la compañía Energean a comenzar a sondear el gaseoducto de Karish tras subrayar que su explotación está fuera de toda disputa y ocurriría independientemente de que se lograra el acuerdo, pese a las amenazas de la milicia chií libanesa Hizbulá de atacar Israel si eso sucedía.
La línea azul
El acuerdo que se firmará es el de mayor envergadura que alcanzan en décadas los dos países, que mantienen el enfrentamiento por la frontera terrestre que separa el norte de Israel y el sur del Líbano, delimitada por la llamada línea azul establecida por la ONU en 2000.
Esta demarcación va desde el Mar Mediterráneo hasta el Río Snir y fue realizada por las Naciones Unidas tras la salida del Ejército de Israel del Líbano tras 22 años de ocupación. Sin embargo, los israelíes no se retiraron de las granjas de Cheba, entre las fronteras del Líbano, Siria e Israel.
Aunque Israel considera esta zona siria -amparándose en viejos mapas de la ONU-, Líbano las reclama como propias, al igual que lo hace la guerrilla de Hizbulá, que lucha por la liberación del territorio libanés que considera ocupado.
En abril de 2012, Israel comenzó a construir un muro de separación en la frontera con el Líbano cerca de la aldea libanesa de Kfar Kila, situada frente a la localidad israelí de Metula, con el objetivo de proteger a esta última de los ataqués de Hizbulá.
Desde entonces, los israelíes han levantado varios tramos de muro con la oposición de las autoridades libanesas, ya que hay trece puntos en los que ambos países están en desacuerdo en el trazado de la frontera, que no ha sido delimitada de modo oficial.