El Gobierno de Japón declaró este miércoles el estado de emergencia sanitaria en siete regiones más, ampliando así la medida extraordinaria vigente en Tokio y alrededores desde la semana pasada debido al auge de contagios de Covid-19 en gran parte del país.
El primer ministro nipón, Yoshihide Suga, anunció la decisión después de reunirse con el grupo de trabajo del Gobierno para la pandemia, el mismo día en que el número acumulado de infecciones en todo Japón superó las 300 mil.
Esta declaración afecta a las prefecturas de Osaka, Kioto, Aichi, Hyogo, Fukuoka, Gifu y Tochigi, que se sumarán así a Tokio y las colindantes Chiba, Kanagawa y Saitama, donde la medida estaba vigente desde el pasado 8 de enero.
Con esta ampliación, quedan bajo estado de emergencia 55% de la población de Japón y las prefecturas que aglutinan la mayor parte de su actividad económica.
El estado de emergencia conlleva restricciones de apertura en los horarios de bares y restaurantes, además de la recomendación a los ciudadanos de permanecer en casa dentro de lo posible, entre otras medidas, aunque en ningún caso incluye el confinamiento obligatorio de la población.
El Ejecutivo ha decidido volver a recurrir a esta medida extraordinaria debido a los incrementos récord de infecciones que se vienen registrando en los últimos días en varias de las regiones más pobladas del país, además de Tokio.
Entre ellas se encuentran Osaka, Aichi, Kioto y Hyogo, cuyos hospitales se encuentran bajo presión creciente ante la acumulación de pacientes con síntomas graves.
El ministro a cargo de la pandemia, Yasutoshi Nishimura, señaló la necesidad de revertir esa tendencia y descartó por ahora la opción de extender el estado de emergencia a la totalidad del territorio nipón, durante su intervención este martes ante el Parlamento.
Japón declaró por primera vez el estado de emergencia a comienzos de abril pasado en Tokio y posteriormente lo extendió a todo el archipiélago, antes de levantarlo por completo a finales de mayo tras dar por controlada la primera ola de contagios, cuyas cifras son notablemente inferiores a las que registra ahora el país asiático.