Un atentado en una zona residencial de Moscú causó la muerte de un jefe paramilitar prorruso.
La detonación se produjo en la entrada de un edificio residencial del noroeste de Moscú, según el Comité de Investigación ruso.
Ahí murió Armén Sarkissian, fundador del batallón Arbat, que ejerce control sobre una parte de la región, y quien era buscado por Ucrania. Estaba acusado de participar en formaciones armadas ilegales que combaten contra las tropas ucranianas.
Una persona más perdió la vida y otras tres resultaron heridas; de acuerdo con las primeras pesquisas, eran los guardaespaldas de Sarkissian.
Las autoridades rusas iniciaron una investigación para dar con los responsables del ataque.
En torno al edificio siniestrado, la policía desplegó un importante dispositivo de seguridad, incluyendo un helicóptero que sobrevoló la zona.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se limitó a indicar que “los servicios especiales hacen su trabajo” y que se estaba investigando lo ocurrido.