La falta de protección para las personas migrantes que trabajan en el campo estadounidense ya cobró una víctima. El jornalero mexicano Marco Antonio Hernández, de 35 años, quien llegó a Estados Unidos cumpliendo todos los requisitos para obtener una visa para trabajar de manera regular en el campo, murió a causa de insolación cuando trabajaba bajo extremas temperaturas en los campos de “Immokali “, en Florida.
La granja donde trabajaba el jornalero mexicano Antonio no está incorporada al programa “comida justa”, un sistema que impulsa la coalición de trabajadores de “Immokali”, para garantizar condiciones básicas a los jornaleros, como descansos, acceso a un espacio con sombra y módulos de hidratación.
La muerte del paisano ha generado indignación entre activistas y comunidades migrantes, que señalan a las granjas, supermercados y cadenas de restaurantes de no sumarse a los acuerdos que protegen a los jornaleros.