Kosovo cerró su principal paso fronterizo con Serbia, informó este miércoles la policía local, después de que los serbios levantaran allí barricadas en una de las peores crisis en la región en los últimos años.
Desde el pasado 10 de diciembre, cientos de serbokosovares levantaron barricadas en el norte de Kosovo para protestar contra la detención de un expolicía serbio, paralizando el tráfico en dos pasos fronterizos.
Luego, la policía kosovar y las fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz fueron objeto de varios ataques con armas de fuego, mientras Serbia ponía a sus fuerzas armadas en estado de máxima alerta.
“Este bloqueo ilegal impide la libre circulación de personas y mercancías, por lo que invitamos a nuestros ciudadanos y compatriotas a circular por los demás pasos fronterizos”, declaró la policía en un comunicado.
Disolver las barricadas
El Gobierno de Kosovo también pidió a las Fuerzas de Mantenimiento de la Paz de la OTAN (KFOR) que disuelvan las barricadas.
Serbia no reconoce la independencia que declaró en 2008 su antigua provincia, poblada por una gran mayoría de albaneses.
El país está animando a los 120 mil serbios de Kosovo a desafiar a las autoridades locales, en un momento en que Pristina quiere establecer su soberanía sobre todo el territorio.
Asimismo, el ministro de Defensa serbio, Milos Vucevic, declaró este miércoles que el bloqueo de carreteras es un medio de protesta “democrático y pacífico” y que su Gobierno mantiene abierta su línea de comunicación con los diplomáticos occidentales para resolver la crisis.
Piden reducir las tensiones
En el plano diplomático, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos instaron este miércoles a Kosovo y a Serbia a tomar medidas “inmediatas” para reducir las tensiones.
Hacemos un llamado a todos para que ejerzan la máxima moderación, tomen medidas inmediatas para reducir incondicionalmente la situación y se abstengan de provocaciones, amenazas o intimidaciones señalaron la UE y Estados Unidos en una declaración conjunta.
También instaron a ambas partes a abstenerse de cualquier provocación, amenaza o intimidación.
“Estamos trabajando con el presidente serbio Aleksandar Vucic y el primer ministro kosovar Albin Kurti para encontrar una solución política para aliviar las tensiones y lograr un avance en aras de la estabilidad, la seguridad y el bienestar de todas las poblaciones locales”, precisaron.
Asimismo, saludaron las garantías de los funcionarios kosovares de que no había una lista de arrestos de personas de etnia serbia que pudieran haber participado en protestas pacíficas y levantado barricadas.
“Al mismo tiempo, se debe respetar el estado de derecho y cualquier forma de violencia es inaceptable y no será tolerada”, señalaron
Por su parte, Rusia afirmó que “apoya” las acciones de Serbia para poner fin a las tensiones.
Tenemos unas relaciones de aliados muy estrechas, históricas y espirituales con Serbia declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Las protestas
El norte de Kosovo ha estado en vilo desde noviembre, cuando cientos de trabajadores de etnia serbia de la policía kosovar, así como jueces y fiscales, abandonaron sus puestos en protesta por una controvertida decisión de prohibir a los serbios que viven en Kosovo usar placas de matrícula de vehículos emitidas por Belgrado, una política que finalmente Pristina descartó.
El pasado 10 de diciembre, los trabajadores de etnia serbia que protestaban erigieron barricadas que bloquearon el tráfico en dos cruces fronterizos.
La policía de Kosovo y las fuerzas de mantenimiento de la paz internacionales sufrieron varios ataques con armas de fuego y las fuerzas armadas serbias se pusieron en alerta máxima.
El martes por la noche, decenas de manifestantes en el lado serbio de la frontera utilizaron camiones y tractores para detener el tráfico que conduce a Merdare, el cruce más grande entre los vecinos, una medida que obligó a la policía de Kosovo a cerrar el paso fronterizo el miércoles.