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La malaria se propaga rápidamente en Pakistán, ante devastación por inundaciones 

Los casos de malaria proliferan en las regiones devastadas por las inundaciones de Pakistán, y el número de muertos por enfermedades llega a 324, informaron autoridades este miércoles. 

También aseguraron que la situación podría salirse de control, si no llega la ayuda necesaria pronto. 

Cientos de miles de personas desplazadas por las inundaciones viven a la intemperie, y las aguas estancadas, que se extienden a lo largo de cientos de kilómetros y pueden tardar de dos a seis meses en retroceder, han provocado casos generalizados de infecciones cutáneas y oculares, diarrea, paludismo, fiebre tifoidea y dengue.  

Las familias desplazadas están expuestas a enjambres de mosquitos y otros peligros, como mordeduras de serpientes y perros. 

Necesitan con urgencia suministros de alimentos, refugio, asistencia médica y medicamentos, que muchos se quejan no les han llegado a pesar de los esfuerzos del gobierno y de las organizaciones de ayuda locales y extranjeras. 

Con el ya débil sistema de salud de Pakistán y la falta de apoyo, las familias desplazadas se han quejado de ser obligadas a beber y cocinar con agua insalubre. 

“Sabemos que puede enfermarnos, pero qué hacer, tenemos que beberlo para mantenernos con vida”, dijo Ghulam Rasool, víctima de las inundaciones, a la televisora local Geo News mientras estaba de pie cerca de donde su casa fue arrasada en el sur de Pakistán. 

“La ayuda tarda en llegar. Necesitamos trabajar de manera coordinada para responder a sus necesidades inmediatas”, expuso la doctora Farah Naureen, directora de Mercy Corps para Pakistán, después de visitar varias regiones sumergidas. 

La salud y la nutrición se destacan como las necesidades más importantes de la población desplazada, agregó. 

El Ministerio de Finanzas de Pakistán indicó que aprobó 10 mil millones de rupias (42 millones de dólares) para que la agencia de gestión de desastres los utilice para adquirir suministros de ayuda para inundaciones y otra logística. 

El gobierno provincial de Sindh afirmó que las instalaciones de salud improvisadas y los campamentos móviles en las áreas inundadas habían tratado a más de 78 mil pacientes en las últimas 24 horas, y más de 2 millones desde el 1 de julio. Seis de ellos murieron. 

Confirmó 665 nuevos casos de malaria entre familias desplazadas internamente en el mismo período, con otros 9 mil 201 casos sospechosos, y agregó que, de más de 19 mil pacientes examinados en las últimas 24 horas en toda la provincia, una cuarta parte de ellos, 4 mil 876, dieron positivo. 

Naciones Unidas en Pakistán expuso que los casos de malaria, fiebre tifoidea y diarrea se propagaban muy rápido, y agregó que esta semana se reportaron 44 mil casos de malaria en la provincia sureña. 

El director general de Servicios de Salud de la provincia suroccidental de Baluchistán, Noor Ahmed Qazi, dijo que la malaria se estaba propagando muy rápido en grandes áreas alrededor de aguas estancadas. 

“Recibimos grandes cantidades de pacientes con malaria diariamente en campamentos médicos y hospitales”, y agregó: “Necesitamos más medicamentos y kits de prueba en las áreas afectadas por las inundaciones”. 

Un monzón histórico e intenso arrojó alrededor de tres veces más lluvia en Pakistán que el promedio de tres décadas, lo que, combinado con el derretimiento de los glaciares, provocó inundaciones sin precedentes. 

El diluvio ha afectado a casi 33 millones de personas en la nación del sur de Asia de 220 millones, arrasando casas, cultivos, puentes, carreteras y ganado. 

Los científicos dicen que el desastre se vio agravado por el cambio climático. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) describió la situación de la enfermedad como “absolutamente desgarradora” y advirtió que la rápida propagación de la enfermedad podría convertirse en un “segundo desastre”. 

“Inundaciones en Pakistán provocaron masacre climática”: António Guterres 

El secretario general de la ONU, António Guterres afirmó que las inundaciones en Pakistán provocaron una “masacre climática” de magnitud inédita y las achacó al cambio climático acelerado por los países industrializados. 

“He visto muchos desastres humanitarios en el mundo, pero nunca he visto una masacre climática de semejante escala”, declaró Guterres en una conferencia de prensa en la ciudad portuaria de Karachi, después de visitar zonas de Pakistán golpeadas por el siniestro. 

Cerca de mil 400 personas murieron desde junio en las crecidas, causadas por devastadores vientos monzones. Las aguas cubrieron un tercio del país -una superficie equivalente a la del Reino Unido– y destruyeron viviendas, negocios, carreteras, puentes y cultivos. 

Las inundaciones afectaron a unos 33 millones de personas que se quedaron sin casa. 

Guterres había afirmado poco antes, en Islamabad, que “Pakistán y otros países en desarrollo (…) están  pagando un precio atroz por la intransigencia de los grandes emisores [de gases de efecto invernadero] que siguen apostando por los combustibles fósiles”. 

“Desde Islamabad, lanzó un llamado mundial: paren esta locura. Inviertan desde ya en las energías renovables. Pongan fin a la guerra contra la naturaleza”, proclamó. 

Pakistán, un país muy endeudado, estima que necesitará al menos 10.000 millones de dólares para reconstruir las infraestructuras arrasadas total o parcialmente por las aguas.  

Para Guterres, la ayuda financiera de la comunidad internacional “no es una cuestión de generosidad, sino de justicia”. 

El monzón, que suele durar de junio a septiembre, es esencial para regar las plantaciones y para la reconstitución de los recursos hídricos del subcontinente indio. Pero Pakistán no había vivido unas lluvias tan torrenciales en por lo menos tres décadas. 

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