Todos los guardias y funcionarios penitenciarios que permanecían como rehenes de presos en cárceles en Ecuador fueron liberados durante la noche del sábado al domingo, incluidos los 136 anunciados como retenidos más temprano, informó el organismo estatal a cargo de las prisiones (SNAI).
“Los protocolos de seguridad y trabajo conjunto con Policía Nacional y Fuerzas Armadas concluyeron exitosamente con la liberación de todos (…) quienes estuvieron retenidos en los diferentes Centros de Privación de Libertad (CPL) de país”, señaló la entidad en un comunicado.
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, quien en la última semana enfrenta una fuerte arremetida de bandas del narcotráfico, confirmó la liberación del personal retenido en cárceles de siete provincias del país que se extienden desde la frontera con Colombia hasta con la de Perú.
“Somos liberados. (…) Gracias a Dios que salimos todos con bien”, . expresó un empleado penitenciario mostrando una bandera de Ecuador y parado al frente de un grupo de custodios dejados en libertad en el reclusorio de la provincia andina de Cotopaxi (sur), de acuerdo a un video difundido por redes sociales
El mandatario felicitó a la fuerza pública y a sus ministros de Gobierno y de Defensa por lograr la liberación del personal penitenciario, en la red X.
En un balance previo, el SNAI había señalado que permanecían retenidos 133 vigilantes y tres empleados administrativos después de la liberación el sábado de 41 personas, tras gestiones en las que colaboró la Iglesia Católica.
Antes también se dieron otras liberaciones. El jueves la autoridad carcelaria había registrado 178 rehenes.
Una veintena de organizaciones criminales siembran terror y desde las cárceles imponen su poder violento en Ecuador, en represalia por las políticas de mano firme del Gobierno de Noboa para enfrentarles, en un país que hasta hace pocos años era considerado tranquilo.
Más de mil detenidos
La crisis empezó el pasado domingo, cuando uno de los capos más temidos desapareció de su prisión en el puerto de Guayaquil (suroeste), cuyo sistema penitenciario es uno de los escenarios de cruentas matanzas entre presos que dejan más de 460 muertos desde 2021.
A la fuga de Adolfo Macías, alias “Fito”, jefe de la principal banda criminal del país conocida como “Los Choneros”, le siguió una arremetida violenta: 19 muertos, motines en las cárceles, funcionarios de prisiones retenidos por presos, policías secuestrados, varias decenas de reclusos fugados, ataques con explosivos y vehículos incendiados.
El SNAI apuntó que investigará las causas y a los responsables de los “acontecimientos” en penitenciarías.
“Todo bien, todo bien, gracias”, dice un guardia carcelario tras su liberación el sábado, según otro video.
El SNAI además reportó el sábado la muerte de un custodio por enfrentamientos con presos en la provincia de El Oro, lo que aumenta el balance de fallecidos a 19, entre civiles, vigilantes carcelarios, policías y presos en una semana.
Las autoridades registraron también mil 105 detenidos, ocho “terroristas” abatidos, dos policías fallecidos y 27 presos fugados recapturados.
Cientos de soldados y policías buscan a Fito, mientras desde el lunes rige un estado de excepción por 60 días en todo el país, incluidas las penitenciarias, y un toque de queda de seis horas, desde las 23:00 horas locales.
El Ejército de Colombia sospecha que Fito haya cruzado a su territorio, donde existen los mayores cultivos de coca del mundo.
Ante la reciente ola de violencia y la presión de las bandas contra el Estado, Noboa aseguró que no dará su brazo a torcer: “Creo que vamos a ganar y no dejaré de pelear hasta conseguirlo”, dijo el viernes a la BBC.
Los narcos usan las prisiones como oficinas criminales, desde donde gestionan el tráfico de droga, ordenan asesinatos, administran los réditos del crimen y pelean a muerte con rivales por el poder.
Ecuador fue durante muchos años un país a salvo del narco, pero se ha ido transformando en un nuevo bastión del tráfico de droga hacia Estados Unidos y Europa con bandas enfrentadas por el control del territorio y unidas en su guerra contra el Estado.
En los últimos cinco años, la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes pasó de 6 a 46 en 2023 y la guerra interna se instala como ocurrió en Colombia en el siglo pasado, pero con un ingrediente adicional: las cárceles sin control.
Noboa presentó los diseños de dos prisiones de “súper máxima” seguridad con capacidad para más de tres mil personas, que su gobierno construirá para aislar a los reclusos más violentos. También ha propuesto instaurar buques cárceles.
El martes la ofensiva del narco incluyó un ataque a un canal de televisión registrado en vivo y en directo, que causó conmoción y dio la vuelta al mundo.