Los líderes de la Unión Europea presentaron un mapa de ruta para avanzar hacia una respuesta común, acelerada e intensificada a la crisis energética, generada por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Los 27 países miembros acordaron tres objetivos, durante la cumbre de dos días en Bruselas.
“Habrá que abordar de manera precisa este marco para que entre en vigor paulatinamente y tenga ese impacto en los tres puntos prioritarios: bajar los precios; garantizar el suministro; y seguir trabajando para reducir la demanda”, dijo Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.
El acuerdo busca también preservar la unidad del bloque ante las divergencias, luego que Alemania se opuso a poner un precio máximo para todas las compras de gas.
“En un mercado global, no podemos decir unilateralmente dónde debería estar el precio. Lo único que podemos hacer es luchar contra la especulación en el mercado”, señaló Olaf Scholz, canciller de Alemania.
Entre las medidas acordadas para su análisis están las compras voluntarias de gas; un nuevo precio de referencia del gas para principios del próximo año.
Así como el funcionamiento de los mercados energéticos con el objetivo de preservar la estabilidad financiera y mayores esfuerzos para ahorrar energía.
Entre otros temas, discutieron el aumento de la agresión rusa contra Ucrania y condenaron los ataques con misiles y aviones no tripulados contra civiles e infraestructuras.
Reiteraron su pleno apoyo a Ucrania.
“La discusión fue sobre que la Unión Europea financiaría mil 500 millones por mes a Ucrania, lo que esto daría una cifra de 18 mil millones para el próximo año”, puntualizó Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
El bloque abordó también la crisis alimentaria mundial y acusó a Rusia como único responsable al convertir los alimentos en armas.
En el segmento de las conclusiones de la cumbre relativa a la cuestión energética, el texto registra un llamado a la Comisión Europea a que “presente con urgencia decisiones concretas“.
Los líderes apuntaron también en las conclusiones que, a la luz de la actual crisis, los esfuerzos para “reducir los precios de la energía para hogares y empresas tienen que ser acelerados e intensificados”.
Los 27 países del bloque llevan varios meses discutiendo cómo abordar el exponencial aumento de las tarifas de la energía, pero ahora, con la proximidad del invierno boreal, están bajo una enorme presión para definir salidas concretas.
Acelerar negociaciones
En la jornada inaugural de este cumbre, los países del bloque acordaron promover compras conjuntas y voluntarias de gas que cubran al menos un nivel objetivo obligatorio del 15% de los objetivos de llenado de reservas.
También apoyaron “acelerar negociaciones” con países productores “confiables“, como Noruega y Estados Unidos, para “aprovechar el peso económico agregado” de la UE.
Los mandatarios piden también un proyecto específico de mecanismo temporal de tope del precio del gas para la producción de electricidad, un sistema ya implantado en España y Portugal, y que Francia, en particular, pide que se extienda a toda la UE.
Al abandonar la sede de las reuniones, el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, dijo que los entendimientos sellados después de más de 11 horas de diálogo constituían “un buen progreso”.
La prioridad, dijo el dirigente alemán, era “limitar las fluctuaciones” en el precio de la energía “que pueden provocar especulación”.
Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, señaló que “estamos pidiendo decisiones concretas”.
Para el mandatario francés, “es realmente a finales de octubre o principios de noviembre que tendremos mecanismos que pueden ser implementados”.
Antes del inicio de la cumbre, el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, había advertido que si los líderes no lograban enviar “una señal política clara de que (…) no toleraremos más los altos precios del gas, será el fracaso de Europa”.
Poco antes del inicio del cónclave, España, Francia y Portugal anunciaron un acuerdo para implementar un ducto de Barcelona a Marsella, dejando de lado el proyecto del gasoducto Midcat.
Los tres gobiernos apuntaron en un comunicado que ese gasoducto marítimo (bautizado BarMar) es la “opción más directa y eficiente para conectar la Península Ibérica con Europa Central“.