El alivio efectivo a la crisis humanitaria en la Franja de Gaza parece una ilusión. Israel finalmente abrió su frontera de Faráh con Egipto, permitiendo el paso de solo 20 camiones con suministros antes de cerrar la valla nuevamente.
Sobhi Shaqlih, voluntario de la Media Luna Roja en Palestina, comentó: “Hemos recibido 20 camiones con suministros médicos para hospitales, así como alimentos y agua embotellada. Estos suministros serán transferidos desde el cruce de Rafah a los almacenes de la ONU en la ciudad de Deir al-Balah.”
Mientras tanto, en una cumbre por la paz celebrada en El Cairo, líderes árabes y occidentales hicieron un llamado urgente a un alto el fuego entre Israel y Hamás, y a una entrega masiva de ayuda al pueblo palestino. También demandaron una solución definitiva a un conflicto que ya lleva 75 años.
Sin embargo, Tel Aviv anunció que no habrá más pasos de ayuda y que la poca que llegó se distribuirá solo en la zona sur, no en el norte, donde la necesidad es más apremiante.
Además, Israel declaró su intención de continuar bombardeando la Franja de Gaza como preparación para una anunciada incursión terrestre que desplazaría aún más a los palestinos en esa pequeña porción de tierra.
El jefe del Estado Mayor del Ejército Israelí, Herzi Halevi, afirmó: “Aumentaremos los ataques y, por lo tanto, pedí específicamente a los residentes de la ciudad de Gaza que siguieran desplazándose hacia el sur por su seguridad.”
El líder palestino, Mahmud Abás, reaccionó desde Egipto, advirtiendo contra cualquier intento de desplazar a su pueblo de Gaza o de expulsar palestinos de sus hogares en Jerusalén o Cisjordania.
“No aceptaremos el desplazamiento y permaneceremos firmes en nuestra tierra, sin importar cuál sea el desafío”, declaró Abás.
Desde el ataque de Hamás el 7 de octubre, se reporta la muerte de mil 400 israelíes y 4 mil 385 palestinos, según informes de ambas partes.