Lituania vive un estado de alarma debido al considerable aumento de migrantes que cruzan por su frontera con Bielorrusia.
En lo que va del año, más de 3 mil personas han llegado a Lituania y casi todos lo han hecho en las últimas tres semanas.
La mayoría son procedentes de Irak, quienes aspiran llegar a Alemania, Suecia o Francia.
Se trata de un alza significativa para Lituania, ya que acostumbraba recibir tan solo unos 100 migrantes cada año.
El gobierno lituano acusa a su vecino de impulsar la migración irregular como respuesta a las sanciones que la Unión Europea impuso al régimen de Alexander Lukashenko.
Es una provocación del régimen de Lukashenko, es totalmente inaceptable y tenemos que dejar claro que no hay libre acceso al territorio de la Unión Europea”, expuso Ylva Johansson, comisaria de asuntos internos de la UE.
Lukashenko, en el poder desde hace 27 años, negó las acusaciones y aseguró estar preocupado por la situación.
Por su parte, el parlamento lituano endureció la ley de asilo, al aprobar la detención masiva de migrantes, la restricción del derecho de apelación de los solicitantes de asilo rechazados y permitir su detención hasta por seis meses.
Proponemos acortar el proceso al máximo, para hacerlo más efectivo, para enviar un mensaje a la gente de Irak, de otros países, para que sepan que ésta no es una forma conveniente”, indicó Agne Bilotaite, ministra del Interior de Lituania.
Lituania también abrirá un campamento para atender 500 migrantes; sin embargo, los habitantes de la zona fronteriza se manifestaron en contra porque temen la llegada de más personas y que su vida cotidiana resulte afectada.