Al aeropuerto de Puerto Príncipe ya llegaron los primeros 300 haitianos deportados de suelo estadounidense. Ahora están confundidos y enojados.
Mientras tanto, en el puente cercano al poblado, Del Río, en Texas, disminuye el número migrantes haitianos que permanecían en espera de recibir asilo en Estados Unidos.
Quienes permanecen en la frontera de México, se replegaron a Ciudad Acuña, Coahuila, para evitar ser expulsados desde Estados Unidos.
El problema se traslada a otras localidades estadounidenses, mexicanas y de Haití.
El Gobierno de Joe Biden liberó a miles de personas que estaban en los centros de procesamiento en San Antonio, Laredo y El Paso, pero deben comparecer ante un juez de migración en un plazo de 60 días, para determinar su situación.
Este miércoles agregó vuelos a Tucson, Arizona, para procesarlos y deportarlos.
Todos los mexicanos están pasando la comida, la ropa y ahora nosotros tenemos un lugar para dormir bien”, señaló Kabelo Joseph, migrante haitiano.
Otros se desplazaron a Monterrey, Nuevo León.
Pero llegaron a la frontera y ven como tal, no es la situación que se les dijo, llegan a un lugar donde no hay ninguna condición digna de vida ni para las mujeres ni para los niños y como tal el riesgo es de salud y el riesgo de todo tipo de situaciones en cuanto al crimen organizado”, mencionó Rosa Nelly Morales, directora del Albergue San Nicolás, Guadalupe, Nuevo León.
El gobernador de Texas, Greg Abbott desplegó patrullas de la policía estatal, para formar una barrera y evitar el paso de los migrantes.
En contra parte, la Casa Blanca informó que ya fueron separados de sus cargos, los policías fronterizos que utilizaron caballos y látigos para dispersar a haitianos que cruzaban a Del río, Texas.
Mientras tanto, esas personas fueron colocadas en licencia administrativa y no interactuarán con ningún migrante”, dijo Jen Psaki, vocera de la Casa Blanca, EUA.
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