Los aguaceros que descargó el ciclón “Eta”, que dejó más de 60 muertos en Honduras, resucitaron varias lagunas que habían desaparecido a causa del cambio climático en el norte del país, informaron autoridades locales.
Las crecientes de los ríos Chamelecón y Ulúa, que inundaron los alrededores de San Pedro Sula, 180 kilómetros al norte de Tegucigalpa, causaron muerte y destrucción pero también recuperaron Jutucuma, Ticamaya y otras lagunas de esa zona.
Los pastizales y sembradíos de maíz que habían cultivado los campesinos en estas áreas quedaron; sin embargo, sepultados por las inundaciones.
En su lugar, las crecidas dejaron espejos de aguas azules, recordando la apariencia de las lagunas hace tres años, antes de ser golpeadas por una severa sequía y por los diques construidos por empresarios para irrigar cultivos en áreas vecinas.
Las lagunas se recuperaron, pero a costa del sacrificio de la gente” que murió o perdió sus casas en el valle de Sula”, dijo Manuel Iraheta, jefe de la Unidad Ambiental de la alcaldía de Choloma, comunidad vecina de San Pedro Sula.
Iraheta anunció que la administración local emprenderá un plan para garantizar la supervivencia de las lagunas, pero advirtió que para lograrlo se necesitará un proyecto grande lanzado desde el gobierno.
Su esperanza es que regresen las aves migratorias que se posan anualmente en la zona de las lagunas cuando recorren el continente.
Francisco Chinchilla, presidente de la comunidad de San José del Boquerón, aledaña a la laguna Jucutuma, dijo que de nada servirá la recuperación si no hay infraestructuras para protegerlas.
Solo un temporal como este podía recuperar las lagunas, pero de aquí a marzo vamos a tener un charquito si no se protegen”, comentó Francisco Chinchilla.
El paso de “Eta” por Centroamérica dejó más de 200 muertos o desaparecidos y miles de afectados, luego de tocar tierra en Nicaragua el 3 de noviembre como huracán categoría 4.