En Estados Unidos, autoridades de Los Ángeles, California, a través de voluntarios, realizan un conteo de las personas sin hogar, para cumplir así el trámite que exige el Gobierno Federal para recibir subsidios.
Antes de la pandemia, en 2020, 66 mil personas se encontraban en situación de calle. La cifra creció porque muchos estadounidenses perdieron sus empleos y dejaron de pagar el alquiler de sus viviendas terminando en casas de campaña instaladas en avenidas y debajo de puentes.
“Durante la pandemia de COVID-19, se perdieron empleos: trabajadores de restaurantes, de servicios. Hay personas que no pueden pagar el alquiler y después de dos o tres meses, los desalojaron”, dijo el voluntario Mike Murase.
Este año, el Departamento de Vivienda entregó 3 mil 365 subsidios de alquiler a igual número de personas, que han sido insuficientes.
“Solo hacemos un conteo. Buscamos a las personas que vemos en la calle, pero también buscamos tiendas de campaña, refugios improvisados, o personas dentro de vehículos”, señaló Kimberly Briggs, voluntaria.
Mientras, se discute una propuesta impulsada por empresarios inmobiliarios, de construir en el terreno que ocupa la antigua Torre Sears en el sector Boyle Heights, viviendas para 10 mil personas, con servicios médicos y de salud mental, formación laboral y programas de desintoxicación.
Pero la iniciativa por ahora está detenida tras ser rechazada por una parte de los vecinos del lugar, a quienes se ha pedido no estigmatizar a los “sin techo”.
“Que en su mayoría son delincuentes o adictos o personas con enfermedades mentales, creo que es una idea errónea. Hay una gran cantidad de personas con esas condiciones, pero hay familias, niños”, comentó Mike Murade, voluntario.