El distrito escolar de Los Ángeles, el segundo mayor de Estados Unidos, se dispone a aprobar este jueves la obligatoriedad de la vacunación contra COVID-19 para estudiantes mayores de 12 años.
Esto lo convertiría en el primer gran distrito escolar del país en dictar una medida semejante, en el marco del aumento de contagios, impulsado principalmente por la variante Delta del coronavirus.
La discusión también se produce en momentos en que el presidente Joe Biden se apresta a ordenar la vacunación obligatoria de los funcionarios federales, como parte del plan para enfrentar la pandemia.
Unos 600 mil estudiantes están registrados en las escuelas públicas del distrito de Los Ángeles, ciudad de la costa oeste del país con casi 4 millones de habitantes.
Se espera que la votación de este jueves siente un precedente para otras juntas escolares en Estados Unidos.
El distrito ya había ordenado que los niños fueran testados regularmente, así como el uso de máscaras en espacios abiertos y cerrados.
Profesores y otros empleados deben estar vacunados.
De acuerdo con la propuesta, todos los adolescentes a partir de 12 años en clases presenciales deben tomar su primera dosis hasta el 21 de noviembre y la segunda, hasta el 19 de diciembre.
A partir de su aprobación, al cumplir 12 años los niños deberán vacunarse en 30 días.
El sindicato de profesores y muchos padres apoyan la medida, pero, al igual que en otros lugares de Estados Unidos, una minoría se opone con fuerza a las vacunas, a pesar de la rotunda evidencia científica de que son seguras y efectivas.
Cerca de 58% de los adolescentes entre 12 y 18 años en Estados Unidos fueron inoculados con al menos una dosis.
La propuesta argumenta que la obligatoriedad es necesaria para controlar los contagios entre los estudiantes, amenazando el regreso a las aulas este año escolar tras una larga pausa en 2020.
COVID-19 es una amenaza a la salud y seguridad de todos los estudiantes en el distrito escolar de Los Ángeles y es una amenaza mayor al regreso exitoso a la educación presencial”, señala la propuesta.
Las vacunas, máscaras y otras medidas de control se convirtieron centro de un debate político en Estados Unidos.
Los estados y condados donde gobierna el Partido Republicano resisten la imposición de reglas recomendadas por los médicos, argumentando que interfieren con las libertades personales.
La implementación de un programa de inmunización amplio y gratuito fue considerado clave en la reducción de nuevos casos de coronavirus, una enfermedad que deja más de 650 mil muertos y más de 40 millones de contagios en Estados Unidos.