Luiz Inácio Lula da Silva ganó el domingo las elecciones presidenciales de Brasil por un estrechísimo margen de 2 millones de votos sobre el gobernante Jair Bolsonaro, que guarda silencio sin reconocer aún su derrota.
Lula recibió 50.9% de los votos y Bolsonaro 49.1%, una diferencia mucho más corta de lo que pronosticaban las encuestas y que dejó a Brasil en vilo durante tres horas, lo que tardó en resolverse un recuento angustiante, en las elecciones más ajustadas de la historia del país.
El líder progresista, de 77 años, volverá al poder el próximo 1 de enero para iniciar un tercer mandato, después que haber estado en el poder entre 2003 y 2010, lo que le convierte en el primer político que gana tres elecciones presidenciales en toda la historia de Brasil.
Lucha contra el hambre, principal compromiso
En su primer discurso tras su victoria en las elecciones presidenciales, Lula da Silva destacó la necesidad de la unificación nacional y la lucha contra el hambre como su principal compromiso.
“Brasil es mi causa y combatir la miseria es la causa por la que viviré hasta el final de mi vida”, declaró Lula da Silva.
El izquierdista habló en São Paulo junto a simpatizantes como la expresidenta Dilma Rousseff, el derrotado candidato al Gobierno del estado de São Paulo, Fernando Haddad, su vicepresidente Geraldo Alckmin y Simone Tebet, tercera en la primera ronda de elecciones.
Además, Lula agradeció los votos recibidos, felicitó a todos los que ejercieron su derecho al voto, incluidos los otorgados a Bolsonaro, como práctica ciudadana y deber civilizador.
“A partir del 1 de enero de 2023, gobernaré para 215 millones de brasileños y no solo para los que votaron por mí. No hay dos Brasil. Somos un solo país, un solo pueblo y una gran nación”, declaró.
Democracia y Economía
Además, en su primer discurso, Lula prometió unir a un país dividido después de derrotar al titular Jair Bolsonaro en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
El izquierdista también invitó a la cooperación internacional para preservar la selva amazónica y dijo que buscará un comercio global justo en lugar de acuerdos comerciales que condenen a Brasil a ser un eterno exportador de materias primas.
“Tengo fe en Dios que con la ayuda del pueblo encontraremos la manera de que este país vuelva a vivir democráticamente, en armonía, y que podamos restablecer la paz entre las familias, entre los divergentes, para que podamos construir el mundo que necesitamos”, declaró.
El presidente electo también se comprometió con la reactivación de la economía, con generación de empleo, aumentos salariales y renegociación de deudas familiares.
“La rueda económica comenzará a girar de nuevo, y los pobres volverán a formar parte del presupuesto”, dijo el izquierdista.
Asimsimo, Lula citó especial atención a las políticas de fomento a la agricultura familiar y a los micro y pequeños empresarios.
Por otra parte, argumentó que la elección que se llevó a cabo fue una elección por la democracia.
“Es con esta democracia que buscaremos cada día de nuestro Gobierno, con un crecimiento económico compartido con toda la población, porque así debe funcionar la economía, como instrumento para mejorar la vida de todos, y no para perpetuar las desigualdades”, agregó.
Respecto a las políticas de combate a la violencia contra las mujeres y la igualdad salarial por el mismo trabajo, el presidente electo defendió la reanudación de las conferencias nacionales para discutir y definir las políticas públicas federales y el fortalecimiento del Consejo de Desarrollo Económico y Social.
“Las grandes decisiones políticas que impactan la vida de los brasileños no se tomarán en secreto, sino en diálogo con la sociedad”, aseguró el mandatario izquierdista.
Además, dijo que retomará el programa Minha Casa, Minha Vida, con foco en familias de bajos recursos.
En política internacional, mencionó que retomará el diálogo con los países desarrollados, como Estados Unidos y de la Unión Europea (UE), en una posición de igualdad, pero que también apoyará a los países en desarrollo.