La ciudadela inca de Machu Picchu, joya del turismo peruano, seguirá cerrada hasta que terminen las protestas de los lugareños que bloquearon la línea férrea, informó el jefe del Parque arqueológico, José Bastante.
La reapertura será cuando se solucione la situación con las protestas de los lugareños”, dijo Bastante desde la ciudadela vacía, donde permanece junto a una dotación mínima de personal de vigilancia.
“No podemos exponer a los visitantes, no podemos exponer a nuestro personal”, agregó el funcionario al justificar la decisión de las autoridades de cerrar este lugar.
Cabe decir que Machu Picchu cerró sus puertas el lunes 14 de diciembre por razones de seguridad ante las protestas de lugareños que afectan el servicio de trenes que transportan a los visitantes.
La Dirección de Cultura de Cusco expuso en un comunicado que el cierre fue decidido “con la finalidad de salvaguardar la integridad de sus visitantes”.
La medida fue adoptada seis semanas después de la reapertura de la Ciudadela de Piedra, tras haber estado cerrada casi ocho meses por la pandemia del coronavirus.
Las protestas de los pobladores de las localidades de Machu Picchu y Ollantaytambo contra las empresas ferroviarias que ofrecen servicio a la zona comenzaron la semana pasada. Los pobladores reclaman tarifas más económicas y una mayor frecuencia de trenes, en la ruta entre Cusco y Machu Picchu.
El tren es el único medio de transporte para los turistas que visitan la ciudadela, pero también es muy utilizado por los habitantes de la zona, donde operan solo dos empresas: Inca Rail y Perú Rail.
Las protestas se iniciaron de manera pacífica el miércoles de la semana pasada, pero escalaron el fin de semana con ocupación de la vía, choques con la policía y amenazas de ocupar la Ciudadela.