En las calles de las principales ciudades francesas, miles de manifestantes se hicieron escuchar en rechazo al nombramiento del nuevo primer ministro, Michel Barnier, una figura derechista nombrada por el presidente Emmanuel Macron.
Dos meses después de las elecciones legislativas, en las que la coalición de izquierdas salió victoriosa, el nombramiento de Barnier ha sido percibido como un golpe antidemocrático.
Convocados por la izquierda francesa, cerca de 300 mil personas se manifestaron en todo el país.
Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, encabezó una de las protestas y señaló que la democracia implica no solo saber ganar, sino también aceptar la derrota, en referencia a Macron.
Los manifestantes expresaron preocupación por las políticas de Barnier, afirmando que su liderazgo podría representar un retroceso en derechos para inmigrantes y un aumento de la desigualdad social.
“La reunificación familiar y la ayuda médica a los inmigrantes desaparecerán; los impuestos bajarán para los ricos pero subirán para los pobres. Pero lo que está en juego aquí es el modelo democrático”, afrimó Aude Lherete, veterinaria ecuestre.
Mientras tanto, Michel Barnier realizó su primera actividad oficial como primer ministro con una visita a un hospital en París.
“El espíritu es unirse en torno a un proyecto, una acción gubernamental y la cooperación con el mayor número posible de diputados”, declaró Michel Barnier, primer Ministro de Francia.
Durante las manifestaciones, la policía detuvo a cinco personas en París por portar armas prohibidas y causar disturbios.