El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, aseguró que está dispuesto a renunciar para dar lugar a un gobierno de unidad nacional, luego de que miles de personas tomaron la residencia oficial en la capital, Colombo, en medio de una fuerte crisis económica y política en el país.
En lo que se ha considerado una revolución popular, el mandatario huyó en las primeras horas, por lo que el primer ministro, Ranil Wickremesinghe, el siguiente en la línea sucesoria del poder, convocó a una reunión urgente del gobierno, e invitó a los dirigentes del resto de partidos políticos, para debatir una “resolución rápida”. También pidió al líder del parlamento que convoque de inmediato a una sesión.
Durante las protestas de hoy, al menos 33 personas resultaron heridas por la policía que disparó al aire y lanzó gases lacrimógenos, contra multitudes encabezadas por monjes budistas, asociaciones civiles, artistas, profesores, escritores y otros profesionales.
Al presidente Gotabaya Rajapaksa lo culpan de la mayor crisis desde la independencia del país asiático en 1948, con racionamiento del combustible, escasez de productos básicos y una inflación cercana al 55%.
