En la ciudad de Louisville en Kentucky, Estados Unidos, se realizaron marchas y protestas en el primer aniversario del asesinato de la afroestadounidense de 26 años, Breonna Taylor, a manos de la policía.
La trabajadora sanitaria murió cuando tres agentes allanaron su domicilio y le dispararon el 13 de marzo de 2020.
Hasta el momento, solo uno de los policías enfrenta cargos, y no por asesinato, sino por poner en riesgo al vecindario con sus disparos.
Este caso, junto con el de George Floyd, en Minneapolis, Minnesota, se han convertido en un símbolo contra el racismo y el abuso policiaco en Estados Unidos.