Mariúpol, la ciudad ucraniana más bombardeada por las tropas rusas, está al borde de la catástrofe humanitaria, mientras el alcalde llamó a la evacuación inmediata.
Ahí se encuentran atrapadas 160 mil personas con escasez de alimentos, agua, y medicamentos para atender a heridos y enfermos.
Nadie pudo entrar o salir de Mariúpol este lunes.
“Mariúpol permanece bloqueada. Las tropas rusas no permitieron que se organizara ningún corredor humanitario hoy”, dijo Volodímir Zelensky, presidente de Ucrania.
El alcalde Vadym Boichenko, lamentó que 5 mil civiles murieron en los ataques, cifra que incluye 210 menores.
Además, los constantes bombardeos dejaron dañados al 90% de los edificios.
La barbarie se repite en la asediada Járkov, donde edificios, hospitales y escuelas están en ruinas.
“Esta es una estructura civil. ¡Es una escuela! No han podido tomar la ciudad, así que decidieron destruirla”, señaló Oleksandr, habitante de Járkov.
En sus entrañas, un puñado de vecinos, ancianos, discapacitados o enfermos en su mayoría, apenas sobreviven.
A unos kilómetros de ahí, hubo un respiro luego que las autoridades retomaron el control de Mala Rogan, una de las localidades utilizada por los militares rusos para bombardear las zonas residenciales de Járkov.
También celebraron la recuperación de Irpín, al noroeste de Kiev, aunque, dicen, la lucha continúa.
“Entendemos que habrá más ataques en nuestra ciudad y la defenderemos con valentía. ¡Irpín es Ucrania! ¡Gloria a Ucrania, gloria a los héroes!”, puntualizó Oleksandr Markushyn, alcalde de Irpín, Ucrania.
Desde Estados Unidos, el presidente Joe Biden reiteró que Vladimir Putin no puede permanecer en el poder, como lo declaró hace dos días en Polonia.
“No me estoy retractando. Aclaro que no estaba articulando, ni entonces, ni ahora, un cambio de política. Estaba expresando la indignación moral que siento y no me disculpo por ello”, señaló Joe Biden.