Las fuerzas de seguridad de Myanmar han matado a más de 300 personas en un intento de aplastar a la oposición al Golpe de Estado del 1 de febrero, con casi el 90% de las víctimas muertas a tiros y una cuarta parte de ellas con disparos en la cabeza, según datos de un grupo de defensa y medios locales.
Un portavoz de la junta dijo que 164 manifestantes y nueve miembros de las fuerzas de seguridad habían muerto hasta el martes.
Los asesinatos han provocado indignación y causado algunas sanciones de países occidentales, incluido Estados Unidos.
El uso de fuerza letal contra civiles también ha sido condenado por algunos vecinos del sudeste asiático.
Los crímenes de lesa humanidad se cometen a diario”, dijo el grupo Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP).
La AAPP ha estado registrando las muertes por las represiones, así como las casi 3 mil personas arrestadas, acusadas o condenadas desde el Golpe de Estado.
El grupo ha registrado 320 muertes hasta el 25 de marzo.
Sus datos muestran que al menos el 25% murieron por disparos en la cabeza, lo que generó sospechas de que fueron blanco deliberadamente para matar.
Todo apunta a que las tropas están adoptando tácticas de disparar a matar para reprimir las protestas”, señaló Amnistía Internacional (AI) a principios de este mes.
La junta militar niega haber hecho un uso excesivo de la fuerza y dice que sus acciones han cumplido con las normas internacionales frente a una situación que considera una amenaza para la seguridad nacional.