Acorralados, en un callejón sin salida, más de un millón de palestinos se arremolinan en las calles y carpas de refugio de Rafah, la ciudad sureña de la Franja de Gaza colindante con Egipto, su último reducto para huir del ataque israelí.
Pero el fuego ordenado desde Tel Aviv los persigue en una incertidumbre que desespera y a veces termina en muerte.
O en destrucción total, como en Ciudad Gaza, donde este sábado fue encontrado el cadáver de Hind Rajab, una niña palestina de 6 años que llevaba casi dos semanas desaparecida en medio de los combates…
“No podemos aguantar más esto. Hay mujeres y niños. Dijeron que Rafah era segura, pero no lo es. Todos los lugares están en el punto de mira. Queremos que termine la guerra. No podemos soportarlo más”, expresó Mohammed Saydam, habitante de Rafah.
El Comando Central de Hamas advirtió que el ataque israelí a Rafah podría matar a decenas de miles de palestinos.
“Estamos entre la vida y la muerte. Vivimos el momento. No sabemos si mañana habrá esperanza de tregua o habrá cambios sobre el terreno”, dijo Bassel Matar, palestino desplazado a Rafah.
Las balas y bombas alcanzaron a 124 gazatíes desplazados a Rafah durante los incensantes ataques de Israel, cuyo ejército difundió imágenes de la supuesta muerte de dos jefes militares de Hamas, Ahmed Eliakubi e Iman Rantisi, justo en la ciudad sureña.
En Yemen, las autoridades reportaron que bombardeos estadounidense-británicos mataron al amanecer a 17 combatientes hutíes, confirmando la extensión del conflicto en Medio Oriente.
Un terreno peligroso del cual Líbano advirtió de represalias.
“Cualquier medida del régimen sionista para un ataque a gran escala contra el Líbano significará el fin de Netanyahu y el fin de la situación actual en la región”, afirmó Hossein Amir-Abdollahian, canciller de Irán.