Los centros de votación para las presidenciales de Argentina, que disputan el ministro de Economía, el peronista Sergio Massa, y el líder libertario Javier Milei, abrieron este domingo a las 08:00 horas locales.
En las elecciones, que los sondeos prevén de resultado muy cerrado, están registradas para votar unas 35.8 millones de personas.
“Hay desigualdad y se escucha muy poco lo que la gente tiene que decir. Es necesario que los políticos salgan a la calle para ver la realidad, deberían tomarse un tiempo para vivir como cualquier argentino, para ver si pueden pagar un alquiler y comer”, se quejó Evelyn Ortiz, una recicladora de 39 años.
Con una inflación anualizada de 143% y una pobreza que golpea a 40% de la población, Argentina atraviesa su peor coyuntura económica de las últimas dos décadas.
La campaña electoral se ha desarrollado entre los sentimientos de rabia hacia la política tradicional que representa Massa y de miedo ante las propuestas disruptivas de Milei.
Los sondeos prevén un empate técnico de los dos candidatos, con un sector importante que votará sin convicción o directamente en blanco.
Massa, consiguió el 37% de los votos en la primera vuelta, celebrada el 22 de octubre, y Milei, el 30%. Tercera, con el 24%, quedó la conservadora Patricia Bullrich, de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio, ya fuera de competencia y quien junto al exmandatario liberal Mauricio Macri (2015-2019) decidió apoyar al libertario.
“Pase lo que pase, no vemos un buen futuro. Estamos esperando los golpes. No ocurre como en otras elecciones que votaba con convicción, ahora voto sin convicción”, dijo a la AFP Mariano Delfino, un elector de 36 años en la periferia de Buenos Aires.
Las elecciones en Argentina son de asistencia obligatoria, pero en la primera vuelta la participación fue de 77%.
“Puede ser una película de terror o de suspenso. Yo sé a quién no voy a votar. Para mis nietos no quiero más esto”, aseveró Marcela Gambra, de 67 años, una de las primeras votantes en su mesa.
Crisis económica
Para reflotar la tercera economía latinoamericana, Massa (51 años) y Milei (53) ofrecen salidas antagónicas.
Mientras Milei propone medidas drásticas como la eliminación del Banco Central y la dolarización para terminar con la emisión monetaria y la inflación, Massa defiende un Estado “fuerte y protector” y proyecta un esquema gradualista para enderezar las cuentas.
“Las medidas de Milei serían todas rápidas y simultáneas. Con Massa sería un proceso paulatino”, explicó el economista Víctor Beker, de la Universidad de Belgrano.
“Lo que a Milei le tomaría dos meses, a Massa le tomaría cuatro años: llegar al final del mandato con el tipo de cambio liberado y equilibrio en las cuentas”, añadió.
Argentina tiene desde 2018 un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional por 44 mil millones de dólares, negociado por el entonces presidente Macri, y desde 2019 un sistema de control de cambios.
Massa ha dicho que si gana planteará la revisión de ese préstamo, que ya fue renegociado en 2022 con un compromiso para reducir el déficit fiscal hasta 0,9% del PIB en 2024. Pero para Milei, que se propone recortar 15% el gasto público, las metas del FMI son demasiado poco.
Sin embargo, “recortar el gasto social es complicado, porque impacta sobre la pobreza”, advirtió la economista María Laura Alzua, de la Universidad de La Plata, quien estima que los subsidios a los servicios de electricidad, gas y transporte representan 2% del PIB.
Crispación
Las elecciones están marcadas por profundas divisiones políticas y un clima enrarecido por denuncias del partido de Milei, La Libertad Avanza, sobre un supuesto intento de fraude, finalmente negado por sus dirigentes.
“Estamos ante una de las campañas más agresivas que he presenciado, y la sociedad se ha polarizado todavía más”, dijo a la AFP la consultora política Paola Zubán, quien prevé un resultado muy reñido. “Será una elección voto a voto”, señaló.
En ese ambiente, Milei fue abucheado y también vitoreado por el público en el Teatro Colón, al que acudió con su novia Fátima Flores el viernes. A la vez, cinco personas fueron detenidas en los últimos días por amenazas a Massa y su familia.