Melbourne, la segunda ciudad más poblada de Australia, anunció la instauración de un toque de queda a partir de este lunes y hasta el próximo 2 de septiembre para luchar contra un potente brote de la variante Delta de COVID-19.
Este lunes y los días siguientes, más de 5 millones de habitantes de Melbourne no podrán salir de sus hogares entre las 21:00 y 05:00 horas, indicaron las autoridades.
Los trabajadores esenciales necesitarán un permiso especial para poder circular por las calles.
El primer ministro del estado de Victoria, Dan Andrews, dijo que la decisión se tomó tras constatar este fin de semana que la gente no respetaba las medidas de distanciamiento en las reuniones al aire libre, en los bares y en las fiestas familiares.
Hemos visto a muchas personas diferentes que desobedecen estas reglas, no hacen lo que deberían, toman decisiones realmente malas”, dijo el primer ministro.
Además, Andrews indicó que era necesario evitar en Melbourne lo que sucede en el estado de Nueva Gales del Sur, donde los 8 millones de habitantes, incluidos lo de la ciudad de Sídney, estuvieron confinados durante casi dos meses.
El estado más poblado de Australia ha registrado más de 8 mil 200 casos desde que comenzó el brote a mediados de junio, con 56 muertes relacionadas en una población con baja tasa de vacunación.
Los habitantes de Canberra, la capital de Australia, también estarán confinados hasta el 2 de septiembre.