La casa matriz de Facebook, Meta, aceptó pagar 90 millones de dólares para poner fin a las demandas por el “no respeto” de la vida privada de sus usuarios.
“Encontrar una solución a este asunto que tiene más de diez años es acorde con el interés de nuestra comunidad y de nuestros accionarios. Estamos contentos de cerrarlo” declaró el martes Drew Pusateri, portavoz de Meta contactado por la AFP.
El gigante de las redes sociales fue acusado de haber seguido las actividades de sus usuarios en internet, incluso después de desconectarse de la plataforma, para recoger datos con el fin de hacer segmentación publicitaria.
El acuerdo sometido el lunes a la aprobación de una corte de California, prevé que los 90 millones de dólares sean pagados a los demandantes que probaron haber sido afectados por ese seguimiento en línea.
Asimismo, Meta se comprometió a aislar y destruir todas las informaciones personales recogidas en 2010 y 2011.
Según la denuncia, Facebook utilizaba “cookies” (líneas de código informático), instaladas en los navegadores por Facebook para registrar las visitas a otros sitios web.
Por ejemplo, la red social sabía si un usuario, incluso estando desconectado de Facebook, consultaba otros sitios cuando estos tenían botones de tipo “Like” (“Me gusta”) con código de la plataforma.
Esta funcionalidad fue corregida y no se presenta a día de hoy, asegura Meta.
El grupo estadounidense, al igual que su vecino y competidor Google, está acusado de numerosos males por parte de los reguladores estadounidenses, europeos y de otros países.
Su uso de “cookies”, en particular se juzga problemático respecto a la confidencialidad de los internautas.
Los dos gigantes mundiales de la publicidad digital aseguran trabajar en tecnologías alternativas para responder a estas inquietudes, pero también para satisfacer las necesidades de sus clientes, los anunciantes, en términos de segmentación publicitaria y a gran escala.
Hace un año Facebook había aceptado desembolsar 650 millones de dólares para poner fin a un litigio sobre la protección de la vida privada que le enfrentaba a 1.6 millones de usuarios.
Un abogado de Chicago había demandado a la plataforma en 2015, alegando que había recopilado ilegalmente datos biométricos para identificar rostros.
A lo largo del proceso se conoció que Facebook almacenaba esos datos sin el consentimiento de sus usuarios violando la ley de Illinois.
La red social, determinada a reparar su reputación afectada por varios escándalos, decidió en noviembre pasado renunciar al reconocimiento facial.