Con el consenso mayoritario de 20 de los 32 países participantes en la Cumbre de las Américas, México convocó a un nuevo acuerdo que suprima las exclusiones y el injerencismo político y electoral.
“La mayoría de los países que estamos presentes en esta cumbre hemos manifestado nuestra oposición a que sean excluidos países de la Cumbre de las Américas”, dijo el canciller Marcelo Ebrard.
México, dijo, coincide con esa posición, al grado que el presidente Andrés Manuel López Obrador no acudió a la cumbre para subrayar su desacuerdo.
“¿A quién le corresponde resolver la forma de organización política de cada nación? Al pueblo de cada nación, libremente escoger su forma de gobierno”, agregó.
Planteó que esta postura no pretende la confrontación, pues de hecho las relaciones de México con Estados Unidos son muy positivas.
De lo que se trata, abundó, es de que en próximas cumbres no se repita la ausencia de Cuba, Venezuela, Nicaragua o cualquier otro país.
Ebrard Casaubón fue más allá al recoger la demanda mayoritaria de los países para una solución de fondo en la OEA.
“También se ha expresado aquí una crítica recurrente sobre la naturaleza, funciones y actual papel de la Organización de Estados Americanos, de su agotamiento, de su papel vergonzoso recientemente en Bolivia, de su obsesión con las observaciones electorales”, puntualizó Ebrard.
El tema de las exclusiones, no incluido oficialmente en la agenda, fue constante a lo largo de la Cumbre.