Una migrante mexicana vive las consecuencias del uso excesivo de la fuerza por parte de la Patrulla Fronteriza.
El 16 de junio de 2021, Marisol García viajaba en una camioneta con otros migrantes en Nogales, Arizona.
Agentes fronterizos dispararon contra la unidad y Marisol recibió un balazo en la cabeza.
Fue sometida a una delicada operación y estuvo detenida 22 días. Después, fue deportada a México.
El disparo le provocó fractura de cráneo y hemorragia. Un pedazo de bala quedó alojado en su cabeza, sufre ataques epilépticos y le afectó la memoria.
Y fue hasta diciembre pasado cuando Marisol García presentó una demanda civil por daños y perjuicios contra la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza.