Ante la destrucción y la barbarie, como respuesta está el arte.
En el éxodo masivo de dos y medio millones de ucranianos hacia Europa, arribaron también músicos, como Nadia Safina, originaria de Járkov, localidad bombardeada por Rusia.
“El 24 de febrero nos despertamos con el sonido de las bombas. Fue aterrador, realmente aterrador. Y el pánico comenzó por todas partes en nuestra habitación. Y empacamos nuestras cosas”, Nadia Safina, violinista.
Al huir, Ninfa rescató su instrumento de trabajo, su violín. Encontró refugio en Dinamarca, donde labora en una escuela de música, y no deja de pensar en Ucrania.
“Porque es todo lo que tenemos, es nuestro talento. No es ropa, no son joyas, es solo nuestro talento. Pero por dentro estoy muy nerviosa y nos duele el corazón por todas las noticias que se oyen”, agregó.
Su angustia la comparten sus colegas que cada domingo están en las manifestaciones contra la invasión, donde interpretan el himno de Ucrania.
“Es un gesto para mostrar que nuestros corazones están con ellos, con Ucrania, y mostrar solidaridad”, Petr Limonov, músico.
Emulando el ejemplo de sus pares ucranianos, artistas europeos se suman a las protestas con entusiasmo.
“Vine para apoyar a Ucrania y pintar las caras de las personas como forma de solidaridad”, Rebecca Parkman, pintora de Edimburgo, Escocia.