Alrededor de 50 mil personas asistieron al “Funeral de los combustibles fósiles” en Belem do Pará, Brasil, una intervención artística y política organizada por la Alianza Potencia Energética y la Cumbre de los Pueblos en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30).
La marcha reunió a pueblos originarios e indígenas de América Latina, cientos de activistas y más de 100 organizaciones civiles en donde exigieron el reconocimiento de sus comunidades en la toma de decisiones de las negociaciones, el derecho a un medio ambiente sano, al respeto de sus recursos naturales y al abandono de los combustibles fósiles.
The climate crisis is a health crisis.
— United Nations (@UN) November 15, 2025
Extreme heat, floods, droughts & storms are driving disease outbreaks, food & water insecurity & the disruption of health services.
A new global framework aims to put health at the heart of #ClimateAction.https://t.co/ubM5NXwurR #COP30 pic.twitter.com/XwicgCMd7X
Éstos, según la evidencia científica, causan más de 5 millones de muertes prematuras al año a causa de la contaminación atmosférica además de ser los responsables de la mayor parte de los gases de efecto invernadero que calientan el planeta.
También reclamaron el cese de proyectos extractivistas como los mineros y la deforestación que causa el desplazamiento forzado, violación a sus derechos.
Desde las ocho de la mañana los manifestantes se reunieron en un mercado local para protestar a lo largo de 4 kilómetros hasta un punto cercano del parque da Cidade.
Una de las exigencias fue que los países ricos y estados petroleros paguen por los daños, una transición energética justa y justicia climática.