El ministro de Salud de Ecuador, Rodolfo Farfán, renunció este viernes al cargo que asumió hace 19 días en medio de un escándalo por la aplicación de vacunas anticovid a personas que no pertenecen a grupos prioritarios, informó la Secretaría de Comunicación.
En su carta de renuncia, divulgada por medios locales, Farfán argumentó que “motivos estrictamente personales” le llevaron a dimitir. El presidente Lenín Moreno, que dejará el poder el 24 de mayo próximo, todavía no se ha pronunciado al respecto.
Farfán reemplazó al exministro Juan Carlos Zevallos, quien es indagado por el supuesto tráfico de influencias en el suministro de las inmunizaciones y viajó a Estados Unidos tras su renuncia.
El escándalo estalló cuando Zevallos admitió que su madre, de 87 años, y “varios” de sus allegados fueron vacunados contra el coronavirus con las primeras dosis recibidas por Ecuador.
Luego se conoció que académicos y veteranos políticos, periodistas y dirigentes deportivos también fueron tomados en cuenta para la vacunación que, según el plan de gobierno, debía empezar por el personal médico de primera línea y centros geriátricos.
En medio de la indagación contra Zevallos, la Fiscalía allanó el miércoles último las instalaciones del Ministerio de Salud y de uno de los hospitales públicos designados para tratar pacientes con COVID-19.
La Fiscalía investiga una presunta corrupción en el plan de vacunación y pide el listado de los beneficiados, lo que no ha sido cumplido de manera total por el ministerio de Salud.
El ente acusador sostiene que ha recibido una lista “incompleta, sin nombres de las personas que han sido vacunadas y son de conocimiento público”.
El Gobierno de Ecuador admitió este viernes, tras la renuncia de Farfán, que funcionarios “considerados como personal de primera línea en el cuidado” del presidente fueron inmunizados. Entre ellos están quienes conducen la silla de ruedas en las que se desplaza Moreno, los jefes de la seguridad presidencial, la asistente y la enfermera particular del mandatario y los encargados de la residencia presidencial.
El gobernante “es adulto mayor y persona con alto nivel de discapacidad. Por seguridad nacional, estas dos condiciones de alto riesgo obligan a crear un cerco epidemiológico en su entorno cercano”, justificó la Secretaría de Comunicación en un comunicado.
Moreno, de 67 años, y su esposa también fueron vacunados. El gobernante ecuatoriano tiene una paraplejía que le impide caminar, a consecuencia de un disparo recibido durante un asalto en 1998.