Dos aguerridos montañeros islandeses lograron llegar a la cima del Everest, la montaña más alta del mundo, y descender, pese a tener coronavirus.
Su hazaña es una proeza, pero pone de nuevo en el punto de mira a las autoridades nepalesas, que siguen autorizando las ascensiones pese a que está habiendo casos positivos de COVID-19.
Sigurdur Sveinsson y Heimir Hallgrímsson comenzaron a toser cuando estaban a 7 mil metros, según un mensaje que ellos mismos publicaron el jueves, cuando contaron la dificultad de llegar de vuelta al campamento base.
En ese momento y en ese lugar había cero posibilidades de someterse a un test”, dijeron los montañeros en una publicación en la página web de Umhyggja, una organización de caridad que atiende a niños enfermos y para la que están recolectando fondos.
Antes de iniciar la ascensión, ambos habían dado negativo en un test de diagnóstico.
Tras 67 días de viaje, los dos alpinistas llegaron a la cima, a 8.849 metros.
En el descenso, comenzamos los dos a sentirnos muy cansados, a toser y a encontrarnos mal”, dijeron.
Pese a las dificultades respiratorias lograron bajar y llegaron al campamento base el miércoles, donde una prueba confirmó que eran positivos.
Varios casos de coronavirus se están registrando en las últimas semanas entre los alpinistas extranjeros y ya han sido necesarias varias evacuaciones.
El gobierno de Nepal se niega a hablar de explosión de casos en el Everest y sigue permitiendo las ascensiones, a diferencia de lo ocurrido el año pasado.