El Kremlin rechazó este jueves la decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el más importante tribunal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que ordenó el miércoles a Rusia poner fin inmediatamente a sus operaciones militares en Ucrania.
“No podemos tomar en cuenta esta decisión”, dijo a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, subrayando que las dos partes, Rusia y Ucrania, tenían que estar de acuerdo para que esta decisión se aplique.
El tribunal, con sede en La Haya, Holanda, recibió un requerimiento de Ucrania, cuyas autoridades se felicitaron el miércoles por “una victoria de la justicia y de Ucrania”, tras la decisión.
Los veredictos de la CIJ son de obligatorio cumplimiento y la apelación no es posible, pero el tribunal no tiene cómo forzar a que se respeten.
Rusia se negó a comparecer en las audiencias de la CIJ sobre este caso, el 8 de marzo, y en un documento escrito negó la competencia del tribunal en este asunto.
El dictamen es una primera victoria judicial para Ucrania, en la medida en que supone un pronunciamiento claro de un tribunal de Naciones Unidas y pone en cuestión la versión oficial del presidente ruso, Vladimir Putin.
Llegado el caso, Rusia puede ser condenada a pagar a Ucrania por los daños en que haya incurrido en el marco de este conflicto, algo que la parte ucraniana ya plantea en su escrito ante la CIJ.
Además, Rusia también tiene abierto otro posible frente judicial en el Tribunal Penal Internacional (TPI), cuya fiscalía ya ha iniciado una investigación formal por posibles crímenes de guerra después de que así lo hayan solicitado más de 40 países, entre ellos España.