Al menos 62 reclusos murieron durante una serie de revueltas que estallaron simultáneamente este martes en tres prisiones del hacinado sistema penitenciario de Ecuador y que según autoridades están relacionadas con choques de bandas criminales que se financian del narcotráfico.
Ese país se enfrenta a una crisis carcelaria sin antecedentes: 33 presos fallecieron en la cárcel de Turi, en la ciudad de Cuenca; 21 en la Regional de Guayaquil y ocho en la de Latacunga, señaló Edmundo Moncayo, director del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI).
El funcionario descartó víctimas mortales entre el cuerpo de custodia, pero habló de “policías que han sido heridos”, sin precisar el número.
En las afueras del centro penitenciario de Guayaquil, unas 40 mujeres trataron de tener noticias de sus familiares.
La Fiscalía dijo que la violenta jornada la desencadenaron “enfrentamientos de bandas criminales”.
De su lado, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, denunció una arremetida simultánea de “organizaciones criminales”. Las autoridades “están actuando para retomar control de cárceles”, señaló el mandatario en Twitter.
Ya entrada la noche, policías y guardias penitenciarios lograron restablecer el orden, según indicó a la AFP una fuente de la SNAI. Las Fuerzas Armadas también fueron movilizadas a los exteriores de las cárceles.