Marwa, una joven de 18 años, desafió el domingo a los talibanes armados desplegados en Kabul con su pancarta reclamando el derecho de las mujeres a la educación en Afganistán.
“Por primera vez en mi vida me sentí muy orgullosa, fuerte y poderosa, porque me levanté contra ellos y reclamé un derecho que Dios nos dio”, dijo a la AFP Marwa, negándose a dar su apellido.
El martes pasado, el gobierno talibán prohibió la enseñanza universitaria a las mujeres, provocando la indignación de la comunidad internacional.
Algunos grupos de mujeres organizaron manifestaciones esporádicas contra la prohibición, pero las autoridades las dispersaron rápidamente.
Marwa, por su parte, optó por manifestarse sola.
La joven visitó el domingo la universidad de Kabul, la institución más grande y prestigiosa del país. Durante unos diez minutos, Marwa, filmada por su hermana desde un coche, se mantuvo valiente frente a los guardias talibanes desplegados en las puertas del establecimiento.
En un video obtenido por la AFP, se la ve blandiendo, un silencio, un cartel en el que estaba inscrito “Iqra”, que significa “Leer” en árabe.
“Mientras tanto, ellos (los talibanes) me insultaron, pero me quedé tranquila”, precisó Marwa a la AFP. “Quería mostrar el poder de una adolescente afgana y poner en evidencia que, incluso una persona sola, puede levantarse contra la opresión”, explica.
“Cuando mis otras hermanas (estudiantes) vean que una sola joven se ha levantado contra los talibanes, les ayudará a hacer lo mismo y a vencerlos”, añadió.
Vivir en Afganistán es como vivir en una prisión
Las manifestaciones de mujeres son cada vez menos frecuentes en Afganistán desde que los talibanes tomaron el control del país en agosto de 2021. Las participantes son regularmente arrestadas y violentadas.
Pocos días después de la prohibición de la enseñanza universitaria a las mujeres, las autoridades ordenaron también a las ONG que dejaran de trabajar con mujeres.
Los talibanes afirmaron que ambas prohibiciones se habían decidido porque las mujeres no respetaban el código de vestimenta islámico.
En Afganistán, las mujeres se ven obligadas a cubrirse el rostro y el cuerpo entero.
En los últimos 16 meses, los talibanes han prohibido el acceso de las adolescentes a las escuelas secundarias y han excluido a las mujeres de muchos cargos públicos.
También se les ha prohibido visitar parques, gimnasios y baños públicos.
Para Marwa, que sueña con convertirse en pintora, vivir en Afganistán es vivir en una prisión.
“No quiero ser encarcelada. Tengo grandes sueños que quiero cumplir. Por ello decidí protestar”, afirma.