Lauren Pefferle, asistente de educación especial en Estados Unidos se presentó a trabajar con el rostro pintado de negro como una forma de destacar su descontento con la orden de imponer a todo el personal académico la vacunación contra el COVID-19, reportó el diario Newberg Graphic, de Oregon.
Pefferle dijo que se oscureció el rostro para parecerse a la afroamericana Rosa Parks, la activista que, al negarse a ceder su puesto a un blanco en un autobús en Estados Unidos en 1955, revolucionó la lucha contra la segregación racial en este país.
Un blanco que se pinta el rostro de negro, o “blackface”, como es llamado en inglés, es considerado altamente ofensivo.
Oregon es una de las ya varias jurisdicciones en Estados Unidos que requiere al personal de las escuelas vacunarse contra COVID-19, al tiempo que el país intenta revertir el aumento de los contagios.
El viernes uno de nuestros empleados vino a trabajar con el rostro pintado de negro”, informó en un comunicado la escuela del distrito de Newberg, sin identificar a la funcionaria.
“La empleada fue removida del lugar y fue colocada en baja administrativa”, agregó el texto.
Es importante recordar cómo el ‘blackface’ se ha usado para representar mal a las comunidades negras y hacer daño. Sabemos la violencia que esto representa y el trauma que evoca, independientemente de su intención. El ‘blackface’ no tiene cabida en nuestras escuelas”.
Aunque la mayoría de los estadounidenses apoya este tipo de reglas para controlar la pandemia, una minoría continúa protestando contra la inmunización y otro tipo de medidas, afirmando que limitan las libertades individuales.