Las mujeres afganas no podrán ser obligadas a casarse.
El líder de los talibanes emitió un decreto especial que ordena a las autoridades prohibir los matrimonios forzados, efectuados tradicionalmente bajo la ley islámica o porque niñas y mujeres son vendidas por sus familias.
Establece, además, que las viudas pueden acceder a la herencia de su marido y casarse nuevamente con quien decidan, ya que anteriormente eran obligadas a contraer nupcias con un hermano del esposo o algún pariente.
En caso de poligamia, el hombre debe mantener la equidad entre sus esposas, de acuerdo con la ley islámica.
La orden enfrenta un inconveniente: no contempla un mecanismo que garantice su cumplimiento.
Además, no menciona los derechos a trabajar o estudiar, que habían mejorado significativamente en los últimos 20 años.
A casi cuatro meses de que los talibanes retomaron el control del país, las afganas no han tenido el reconocimiento prometido por el nuevo gobierno.
Las prohibiciones dejaron a miles sin empleo, educación y confinadas en su casa.
“Yo era empleada del gobierno anterior y perdí mi trabajo. Me quedo dentro de mi casa, sin salario. Mi esposo también está enfermo y sin trabajo. Tengo una familia de ocho y cada uno necesita comida y ropa”, Maryam, habitante de Kabul.
El decreto se firmó luego que la ONU alertó que prohibir a las mujeres trabajar agravará la crisis económica.
“Las mujeres representan el 20% del empleo formal y sus empleos son vitales para mitigar la catástrofe económica en Afganistán”, Kanni Wionaraja, director PNUD para Asia y el Pacifico.